¿Quieres estar fuerte y ágil sin importar los años? La rutina de ejercicios que elijas es clave .
A los 20, todo vale: Con veinte años lo que toca es establecer buenos hábitos de alimentación y ejercicio para el futuro, y disfrutar de muchas y variadas experiencias de entrenamiento. Este es el momento de aumentar la fuerza y la masa muscular, para que sea más fácil retenerla con el paso de los años.
A los 30, flexibilidad: Los estiramientos son cruciales en esta década, así que ve pensando en hacer yoga o pilates. En esta etapa de tu vida, te viene bien un tipo de yoga dinámico como el Vinyasa o el Jivamukti», Ballet o Danza Jazz. Estos estilos tan exigentes mejoran tanto el sistema cardiovascular como la flexibilidad. Además ayudan mucho a liberar estrés, algo que aumenta inevitablemente a los 30.
A los 40-50, máxima potencia: A los 40, los entrenamientos de alta intensidad, son ideales para reducir eficazmente y en poco tiempo la grasa corporal además de mejorar la salud hormonal; te puede bastar con una sesión de 20 minutos. A los 40 y 50 empiezas a detectar cambios en las hormonas sexuales y en la masa muscular, así como cierto descenso del funcionamiento cardiovascular. Se cree que a los 40 se pierden alrededor de 200 gramos de músculo al año, y esto aumenta hasta medio kilo a los 50, así que el entrenamiento con pesas o con el peso del propio cuerpo es muy beneficioso.
A los 60, mantenimiento: A los 60 hay que centrarse en mantener la fuerza, la flexibilidad y el equilibrio para seguir siendo plenamente funcional con la edad. Hay que hacer pesas más a menudo que las personas más jóvenes para mantener el músculo, y aumentar los ejercicios de equilibrio y flexibilidad, como los de pilates, danza y yoga. Nadar también es un excelente entrenamiento, porque la resistencia que opone el agua ayuda a trabajar el sistema cardiovascular.
De 70 en adelante, paso a paso: A los 70 lo ideal son ejercicios de bajo impacto y baja intensidad. Taichi para mantener la salud de las articulaciones y el equilibrio, que son dos de las dolencias más frecuentes en los mayores. Además, caminar enérgicamente es una manera fácil y muy efectiva de hacer un buen ejercicio cardiovascular de baja intensidad. Si siempre te ha gustado correr, no hay razón para que no lo hagas a los noventa y más allá: cuanto más tiempo mantengas fuertes tus músculos, menos problemas de espalda y rodillas. Hacer ejercicio con regularidad es tu chaleco antibalas contra el paso del tiempo.
Este artículo se publicó originalmente en Vogue.com
