A fines de la década del 70, una instructora de baile llamada Judi Sheppard Missett ideó un sistema de ejercicio que tenía como fin -además de trabajar la silueta- hacer la tarea lo menos tediosa posible. Llamado Jazzercise, se trata de una combinación de danza jazz, kick-boxing, ballet, pilates y yoga, que marcó el inicio del ejercicio coreografiado con música.
Esta modalidad funcionó tiempo después como antecesora de una serie de rutinas basadas en la danza -en la actualidad la referencia máxima es el Zumba– que tenían un doble objetivo en común: hacer ejercicio y divertirse.
En línea con ello y a finales de 1960, el médico militar Kenneth Cooper acuñó el término «aeróbicos» para describir un régimen que creó con motivo de prevenir la enfermedad de las arterias coronarias. Después publicó un libro sobre el tema y la idea resultó un éxito en los gimnasios y en la industria de los videotapes en todo el mundo: aeróbicos de baile, aeróbicos deportivos, «step», incluso aeróbicos en el agua.
Numerosas personalidades de fitness se apropiaron de este ejercicio, pero había dos referentes y abanderados a nivel global: por un lado Richard Simmons (el mismo que fue parodiado infinitas veces con su cabello rizado) y por el otro, la actriz estadounidense Jane Fonda, que vistiendo aquellas famosas mallas de spandex, fue la artífice de varios videos de ejercicios físicos grabados entre los años 1982 y 1985, que vendieron más de 17 millones de copias.
De ascendencia ligada a la industria (su padre Henry, otra leyenda de la pantalla grande), Fonda comenzó a actuar en la década del 50, adquiriendo renombre propio en los 60. A lo largo de su carrera protagonizó muchos filmes reconocidos por la crítica. Además de su desempeño en la pantalla grande, trabajó como escritora y editora de libros. Y, a la par, ocupó también parte de su tiempo en su labor como activista política.
«Se me ocurrió que la única manera de conseguir algo de dinero era creando un negocio y que las clases de entrenamiento podrían ser una buena idea», recordó. Ella no era ajena al deporte y la actividad física, ya que desde los 19 años practicaba ballet.
La iniciativa se prolongó en el tiempo con mediano éxito, hasta que el empresario Stuart Karl llegó con una propuesta: filmar las sesiones de ejercicios para lanzarlo luego en un novedoso formato de video, el VHS. En aquel momento, Fonda aceptó la idea con cierta reticencia: «¿Video? ¿Qué es un video? Yo no tengo uno de esos… ¡nadie que yo conozca tiene un video! Además, soy actriz, no quiero que todo el mundo me vea haciendo ejercicio», recordó la primera respuesta en una entrevista con la BBC.
Denominado Jane Fonda Workout, el producto salió al mercado el 24 de abril de 1982, con un precio inicial de 59,95 dólares. A pesar de la baja expectativa de la autora (pidió no hacer gastos suntuosos en peluqueros y maquilladores porque creía que con suerte ganarían apenas unos 10 mil dólares), millones de gimnastas domésticos se mostraron interesados. Tanto que a lo largo de un año, el programa superó en 200.000 unidades a Star Trek II para convertirse en el VHS más vendido de la historia.
Fonda no inventó el aerobic. Pero lo que sí consiguió fue expandir la modalidad. Con su peculiar estética (luciendo atuendos que combinaban bodies deportivos y sexy), la actriz enseñaba en los videos cómo realizar toda una serie de ejercicios, acompañada de un grupo de atléticos jóvenes que seguían sus indicaciones y disfrutaban de sus clases.
Tras su desembarco en el mundo de la actividad física, la carrera de la actriz se fue apagando y en 1990 anunció su retiro. Volvería al ruedo casi 20 años después, con distintos papeles en el cine, la televisión y el teatro.
Así como es una figura en la meca del cine y cuyo legado trascendió generaciones, es también desde la década ochentosa una instructora insignia en la historia moderna del fitness. Fuente www.infobae.com