El término “línea” en ballet se refiere a la configuración del cuerpo de un bailarín, ya sea en movimiento o en reposo.
Una línea corporal estética en los criterios de la danza clásica académica, puede darse por un aspecto físico propio el bailarín, pero es también desarrollado por el entrenamiento. Los principios técnicos adquiridos con la práctica del ballet pueden ser aplicados a cualquier otra forma o estilo.
Es la técnica del ballet, la facilitadora de nutrir al bailarín en su preparación física, artística, la que le da las herramientas necesarias para realizar las ejecuciones técnicas que requiera la coreografía, sea esta o no de ballet académico.
Es muy importante sentir nuestro cuerpo, tener conocimiento de nuestro propio cuerpo y de la capacidad del mismo.
El aplomo es la línea vertical imaginaria que se utiliza para evaluar la alineación y el centro vertical del bailarín. En este caso, consiste en la habilidad del bailarín para cambiar de nivel desde el demiplie hasta releve, y lo contrario, mientras se controla y se centra el peso del cuerpo a través de su eje vertical.
La técnica no podrá ser considerada la danza, esta es el medio la forma por la cual se lograra el baile teatral, la técnica del ballet está basada sobre las miradas exigentes de la estética del Renacimiento y el Barroco, potenciadas por el bailarín, la búsqueda de la belleza armónica tanto en el movimiento como en el reposo, la perfección de lo pequeño y lo grande, no se permite en la ejecución técnica un “como si”, se buscara la forma exacta de realizar el paso de danza.
Es aquí donde juega un lugar de gran importancia “la disciplina”, el desarrollo de la arquitectura del cuerpo, la observación y análisis de las funciones del movimiento, y la no menor educación del gesto, la emoción, que serán los iconos de la estética del ballet.
Es el Ballet y su Escuela Académica , independientemente de cuá sea su estilo, quien se apoya en los entrenamientos del ejército y la formación de los soldados para conformar la formación de su entrenamiento y es por eso que vemos en la danza clásica académica la exactitud, la precisión, la perfección llevada a su mayor exigencia, llama el ballet un cuerpo apto, a aquel que puede poner bajo la tutela del adiestramiento, descubrir el cuerpo como objeto, al que se manipula, ese cuerpo al que se le da forma, se entrena, se educa, que obedece, que responde, que se vuelve hábil o cuyas fuerzas se multiplican. (Foucault, Cuerpos Dóciles, Disciplina).
“EL BALLET CLASICO”. Observaciones sobre la técnica la disciplina y las influencias sobre el cuerpo del bailarín. Lic. Prof. Viviana Paola Taccone.
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