Fuerza, concentración y destreza: ballet

El ballet ayuda a ganar flexibilidad así como a tonificar la zona del core, mientras trabajamos el resto de músculos.

El ballet clásico es una de las danzas más admiradas del mundo, sin embargo (y por equivocación) nunca se ha llegado a considerar de forma global como un deporte.

Se trata de una de las disciplinas de entrenamiento más duras y completas debido al gran esfuerzo físico que requiere. Debemos sacarnos de la cabeza esa imagen de niñas con tutús rositas porque, a día de hoy, el ballet es una opción ideal para mantenerse en forma, tengas la edad que tengas.

Las personas que lo practican, especialmente en el mundo profesional, suelen tener una figura que, aunque pueda parecer delgada, está totalmente compuesta de fibra y fuerza muscular. En una clase de ballet ejercitamos brazos, piernas, pies, abdominales y, por supuesto, las articulaciones.

Pero más allá de mantener en forma nuestro cuerpo, también ayuda a desconectar nuestra mente de la rutina, ya que se centra única y exclusivamente en la danza, en cada paso, en el ritmo o en la coordinación de los movimientos.

El ballet, además, ayuda a ganar flexibilidad así como a tonificar la zona del core, mientras trabajamos el resto de músculos. Con todo ello, las piernas deben mantenerse fuertes para que la colocación sea la correcta y, por tanto, realizar giros y movimientos sin forzar otras partes del cuerpo.

Maeve McEwen
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