Pocas cosas hay en este mundo más beneficiosa que bañarte en el mar.
Estudios e investigaciones demuestran todas las cosas buenas que puede hacer por tu cuerpo y tu salud general.
Mente
El efecto del mar es bueno para nuestra mente porque tanto el sonido de las olas como del agua al moverse involucra nuestros cinco sentidos. Su rumor, tan suave y tan rítmico, favorece que nuestro oído capte la sensación auditiva. Junto a ello, el color azulado, el aroma a sal mineral y el tacto húmedo hace que todo nuestro ser esté involucrado y volcado en esta percepción que llega a ser hipnotizadora.
Así pues, con este conjunto de percepciones se induce al estado alfa en que nuestras ondas cerebrales entran en un estado de relajación y mayor percepción. En este estado de paz entramos en una meditación natural Meditar frente al mar es beneficioso para el cuerpo y para el cerebro que se expande y se vacía.
El mar ayuda a la concentración y a la reducción de la angustia.
El mar, mezclado con el infinito cielo azul, permite que nuestro cerebro descanse de sus preocupaciones y pensamientos. Y en ese momento, el tiempo parece pasar más lento, y nosotros nos sentimos como una burbuja suspendida en el aire donde todo es quietud, tranquilidad y buenas vibraciones.
Cuerpo
Limpia los pulmones y los ayuda a funcionar mejor. Según han demostrado estudios científicos la brisa marina, rica en sales, ayuda a reducir los síntomas del asma, así como los de otros pacientes con problemas y enfermedades pulmonares, que tosen menos cuando están cerca del mar y experimentan menos síntomas. Una de las razones por las que se produce esta mejoría es por la temperatura de esta brisa. Esa brisa marina al venir del océano no tiene contaminación polínica ni de gases u otras sustancias irritantes y quienes tengan problemas obstructivos notarán una gran mejoría al instante. Además, la brisa marina está cargada de ozono y oligoelementos, nutrientes que incorporamos a nuestro organismo a través de la respiración. Se trata de una terapia natural.
La piel más suave, protegida y firme. El agua de mar, rica en sal, ayuda a restaurar la barrera natural de la piel, sellándola de tal manera que mantiene su hidratación natural durante más tiempo. ¿El resultado? Una piel más suave y lisa. Tiene una composición diferente a la que se encuentra en lagos, lagunas o ríos de agua dulce. En el agua de mar encontramos zinc, potasio, yodo y hasta 89 elementos esenciales presentes en nuestro cuerpo, así como vitaminas y microorganismos que liberan sustancias antibacterianas, todos elementos amigos de nuestra piel y que incluso pueden proporcionarnos un efecto antibiótico, ideal para mejorar heridas en proceso de cicatrización o para solucionar afecciones de la piel como la psoriasis.
Relaja el cerebro y lo centra. Estar cerca del mar no sólo relaja, también ayuda a ser más creativo. ¿La razón? Para empezar el intenso color azul, uno de los colores favoritos de todo el mundo porque está asociado a la calma, a la relajación, la profundidad y el conocimiento. El aire del mar también es rico en iones negativos, unas partículas cargadas energéticamente que, al contrario de los positivos, tienen un efecto beneficioso sobre el organismo: relajan y favorecen la producción de serotonina, un neurotransmisor cerebral cuya liberación produce sensación de bienestar.
Entrena tu corazón. Hay que ser un poco aventurero para meterse en el agua fría, pero el agua del mar es buenísima para la circulación ya que provoca una resistencia en el organismo que actúa sobre el sistema vascular, traduciéndose en una vasoconstricción cutánea y una vasodilatación central acompañadas de un incremento del ritmo cardíaco y aliviando problemas de circulación (ah, y mejora varices y celulitis). El contacto superficial con agua del mar provoca reacciones fisiológicas muy positivas como reducir los edemas locales, los espasmos musculares o incrementar los efectos anestésicos locales, entre otros muchos beneficios.
Fortalece tus articulaciones y huesos. El mero hecho de meterse en el agua ya tiene un gran efecto sobre nuestro cuerpo, ya que la mecánica del oleaje y las corrientes nos ayuda a hacer un esfuerzo por mantener el equilibrio, fortaleciéndo músculos y articulaciones. Está muy recomendado para todas las personas que sufren artritis. Se descubrió también que el calcio y fósforo que podemos encontrar en el mar se fija mejor en los huesos, ayudando a su movilidad y a la de las articulaciones. Fuente Internet.