Ballet Barre, el deporte más elegante que puedes practicar a los 50 años.
Aunque no lo parezca, no tiene nada que ver con las escobas, sino con la barra de un estudio. Desde Carine Roitfeld a Sarah Jessica Parker, pasando por Dita Von Teese y Coco Rocha se han enganchado a esta disciplina que estiliza la figura y permite mantenerse en forma a salvo en el salón de casa. ¡Saca tu lado más artístico, quema calorías y disfruta de la clase!
Por Cristina Galafate para Telva (01/11/2020).
Nos hace movernos, tiene un bajo impacto para las articulaciones en comparación con otros deportes, libera endorfinas, nos hace sentir felices y empoderadas. ¡No hay nada mejor que bailar para olvidarnos del coronavirus! Y se trata de una actividad que podemos poner en práctica a cualquier edad y condición física, la cuestión es darlo todo y ponerle nuestra mejor intención. Entre las cientos de posibilidades y estilos, te proponemos Ballet Barre, la disciplina que está triunfando entre mujeres a partir de los 50 años y a la que no debes tenerle ningún miedo. ¿Sabes por qué está de moda?
Suena a poner la música a todo volumen y ponernos a limpiar el salón, pero nada que ver con la realidad. La técnica adquiere este nombre en origen, en torno a los años 50, no por las escobas, sino por las barras de los estudios donde se imparte. Pero ahora se está poniendo en boga en los salones de las casas, pues sólo requiere de una barra de apoyo o espaldera, que puede ser una silla o un mueble que nos quede a la altura de la cadera, y las zapatillas o calcetines en su defecto.
Y hay múltiples clases online a un simple clic.
«Fusiona la danza clásica con la sabiduría del yoga y del pilates. Es decir, trabaja el cuerpo y la mente de forma consciente y saludable. El resultado es una clase entretenida y dinámica que, además de ejercitarte, te permitirá sentir cada músculo de tu cuerpo y, a la vez, te transmitirá la alegría del movimiento ejecutado, sintiéndolo», explica Alejadra Balboa, bailarina y coreógrafa en la Escuela de Danza Deborah, en Pontevedra (Galicia).
Éxito entre famosas
Son adictas a la disciplina la actriz Sarah Jessica Parker (55), la bailarina de burlesque Dita Von Teese (48) y personalidades del mundo de la moda como la parisina Carine Roitfield (66), ex directora de Vogue París y ahora a cargo de CR Fashion Book. «Me gusta porque puedes apreciar la belleza del cuerpo humano. Es la misma sensación que me inspira la moda. La danza clásica es muy buena para moldear la figura. Es parecido a practicar yoga porque también tienes que mantener una posición. He hecho un montón de yoga a lo largo de mi vida pero lo he cambiado por el ballet, quizá porque adoro la música de piano. Cuando lo practico me imagino en una escuela rusa de danza y me encanta. Si ahora pudiera elegir, además de dedicarme a la moda sería bailarina», asevera la editora.
Todas estas mujeres tienen en común el cuerpazo que permite conseguir esta técnica de movimientos sofisticados que modelan la figura. No hace falta tener experiencia anterior en el baile, cualquiera puede hacerlo y los beneficios se notan enseguida. Además, se trabajan todos los músculos del cuerpo, proporciona una gran armonía y nos aleja del estrés en tiempos de pandemia. «Podemos bailar, correr, levantar pesas y, al mismo tiempo, seguir desconociendo nuestro cuerpo, y es lo que diferencia la danza de otras disciplinas deportivas que son tendencia, como el CrossFit», cuenta Balboa, que en años de experiencia ha comprobado beneficios en el bienestar físico y también mental. «Con la práctica se nota una mejora de la postura, menos dolores musculares en el día a día, menos agarrotamiento muscular debido al estrés o estar mucho tiempo sentada… El cuerpo es más fuerte, consciente y sano», añade.
Ventajas de la práctica
Con un par de clases a la semana, según esta profesional, daríamos al cuerpo un trabajo muy completo y notaríamos ese estiramiento. «En cuanto a nivel mental, que es el gran descubrimiento de la gente que llega por objetivos físicos a la clase y descubren mucho más, es la superación y la paciencia. Vivimos en una sociedad que muchas veces se pierde el disfrute del proceso por la consecución. Es decir, queremos perder tres kilos y nos da igual lo que hagamos. La técnica requiere un tiempo y una superación».
Interesante también es la aceptación de nuestro cuerpo y, por tanto, de nosotras mismas. «Una alumna me decía que nunca se había mirado tanto al espejo como ahora haciendo ballet, y que ahora se gustaba más que antes. Eso me pareció muy importante». Incluso muchas que pensaban que las posiciones eran inalcanzables, se arrepienten de no haber empezado antes. «Disfruto mucho viendo a esas personas cómo disfrutan de la danza independientemente de la edad y la condición física».
La elegancia del movimiento
La entrega del cuerpo es potente, por eso hay que estar bien guiados por profesionales como Balboa para evitar lesiones. Si nos ponemos en casa, no podemos pasar de cero a 100. «Para ejecuciones limpias, hay que tener en cuenta las variaciones de movimientos, desde la barra a los saltos. Implican mucho esfuerzo físico, por lo que cuanto más nivel, mayor dificultad en la actividad, pero también quiere decir que vas avanzando en las técnicas y que vamos entendiendo mejor nuestro cuerpo. La danza es muy positiva como deporte y hasta como filosofía de vida», expresa convencida esta bailarina profesional con 30 años de trabajo a sus espaldas. «Animo a todo el mundo a probarlo». También a los hombres.
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