En La dama de picas, Tchaikovski recupera su admiración por Pushkin en una historia onírica y fantasmagórica de amor maldito. El compositor firma una de sus obras más reconocidas, un prodigio de grandiosidad sinfónica y melodías del romanticismo tardío.
La acción de La dama de picas se sitúa a finales del XVIII, en San Petersburgo, bajo el reinado de la zarina Catalina la Grande. El tiempo de la acción no es importante, realmente, y la misma historia —que trata sobre la caída grotesca de un militar cegado por los juegos de azar, y que en su obsesión renuncia al amor de su vida y a su propia salud mental— podría ser llevada a otros lugares, otros tiempos, incluso podría adaptarse con un lenguaje simbolista, surrealista o posmoderno.
Pero el libreto es a la vez preciso en detalles y momentos —al final del tercer cuadro la misma Catalina entra en escena, se representa un ballet con claras reminiscencias de los tiempos de Mozart, etcétera—, y cualquier decisión que no se corresponda con la fidelidad a la letra puede quedar muy comprometida si no se toman las decisiones con valentía. La dama de picas pertenece a un tiempo de la ópera europea —la de Puccini, Giordano, etcétera— en la que el afán de precisión era alto, y eso sigue condicionando todavía, en gran medida, las producciones actuales. Son anclas que mantienen viva la tradición.
Uno de los puntos claves de la propuesta escénica es la atención a la psicología de los personajes: bajo la riqueza del vestuario y el atrezo late una pasión turbulenta que alimenta la locura colectiva.
- El Liceu recupera la aclamada producción de Gilbert Deflo, con una escenografía clásica y de decorados suntuosos que también presta atención a la psicología de los personajes. La obra es un relato sobre el azar y lo imprevisible del destino. También sobre la ambición, la locura y la avaricia que recae en la tragedia de un héroe romántico (Hermann).
- Pikovaya dama también incluye un conjunto de ballet clásico, que actúa en el segundo acto representando una coreografía de Nadejda L. Loujine, inspirada en el ballet de estilo del siglo XVIII a partir de la propuesta original que diseñó Marius Petipa en su estreno de la ópera en 1890,
Argumento
Al principio de la ópera conocemos a Hermann, que está enamorado de una joven noble, Lisa, lejos de su esfera social. La abuela de Lisa es una vieja condesa de la que se murmura que conoce un truco mágico para ganar a las cartas; cuando Hermann se entera, Lisa ya solo le interesa como vía de acceso a la condesa, a la que termina asaltando en su habitación en el segundo acto para que le revele el secreto; accidentalmente le causa la muerte de un susto.
En ese momento, la historia se convierte en pesadilla: Hermann no ha descubierto el secreto, pero el fantasma de la condesa se le aparece y se lo revela. Él ha enloquecido, y Lisa, que ha caído perdidamente enamorada al final del primer acto, comprende ahora que ya no podrá recuperar a Hermann y se suicida arrojándose al río; él intentará usar el truco en una partida de cartas, pero perderá y se suicida; es la venganza póstuma del fantasma de la condesa y un escarmiento contra el pensamiento irracional. Premsa – Teatre Liceu. Fotos © Dorothee Elfring.