«Un instant dans la vie d’autrui», Mémoires I. Las memorias de Maurice Béjart (1927 – 2007).
Maurice Béjart ha sido aclamado por el público y la crítica, y prueba de ello son los numerosos premios recibidos y la gran cantidad de honores que le han sido concedidos por todo su trabajo, entre los que destacan la Orden del Sol Naciente (1986), el nombramiento de Gran Oficial de la Orden de la Corona de Bélgica y su designación como miembro libre de la Academia de Bellas Artes de Francia.
Béjart cambió la danza: después de él, este arte nunca volverá a ser el mismo. Un momento en la vida de otro recuerda sus creaciones más famosas, La Consagración de la Primavera, la Novena Sinfonía, Nijinsky Payaso de Dios, Misa por el Tiempo Presente. Béjart cuenta su infancia, su vocación, sus inicios. Habla de sus giras: Nueva York, Japón, Sudamérica. Habla de sus éxitos y de sus miedos, del amor y de la religión. “Quería intentar recordar, dijo, y descubrí muchos recuerdos: estaban todos allí, esperándome».
El coreógrafo murió en Lausana el 22 de noviembre de 2007 mientras preparaba su último trabajo: La vuelta al mundo en 80 minutos, un viaje imaginario por distintas geografías y épocas, que se estrenaría un mes después con enorme expectación popular y mediática.
«A fin de cuentas, sólo he vivido para la danza. Para enriquecerla. Y para conseguir esta expansión de la danza, para que surja esta necesidad, esta voluntad: que haya danza y que esta ocupe su lugar. ¿Cuál? El primero.! Desde mi punto de vista.»» – Maurice Béjart.
«Pero ahí está la barra que abarca tres lados de la habitación. Y sin ella no habría nada. La abordo por primera vez. Más tarde me atreveré a crear un ballet en el cual la barra constituirá toda la coreografía (…) La barra es a la danza lo que la columna vertebral es al cuerpo: la danza se tiene en pie gracias a la barra…» – Maurice Béjart.
«Soy un patchwork. Estoy hecho de pequeños retazos; son los pequeños trozos que tomo de todos aquellos que la vida me pone en el camino» – Maurice Béjart.