No es casualidad que las mujeres exitosas posen ante las cámaras como el mayor ícono de mujer superpoderosa: la Mujer Maravilla. Lo cierto es que existe una estrecha relación entre la postura y cómo nos sentimos.
Según la socióloga norteamericana Amy Cuddy, para alcanzar el éxito y sentirnos power sólo tenemos que invertir dos minutos y hacer la postura que nos cambiará la vida. ¡Intentalo!
¿La personalidad influye en nuestra postura corporal o es el modo en que nos plantamos frente al mundo el que dicta cómo nos sentimos? Según Amy J. C. Cuddy, socióloga norteamericana, profesora asociada en Harvard, con un sinfín de estudios acerca del comportamiento humano y nombrada recientemente por Business Insider como una de las “50 Mujeres que están cambiando el mundo”, la cuestión es algo bidireccional: “sonreímos cuando nos sentimos felices, pero también cuando nos vemos forzados a sonreír: por ejemplo, si sostenemos una lapicera con nuestros dientes –mordiéndola como un perro a un hueso– acabaremos con una sonrisa en la boca y sintiéndonos más felices”.
Cuando una persona se siente poderosa, por lo general realiza una postura que refleja dicho poder, pero también si esa persona, ante una situación que le genera nervios, hace una postura poderosa, va a sentirse más poderosa inevitablemente.
Es que el lenguaje no verbal –tal como llaman los sociólogos a toda acción que no emplea el lenguaje: movimientos corporales, miradas, gestos– influye en la comunicación.
Pero la postura no sólo se relaciona con pensamientos y sentimientos, está compuesta también de cuestiones fisiológicas, y éstas son las hormonas. “Las personas exitosas mantienen una gran diferencia con las personas que se sienten fracasadas a nivel fisiológico en dos hormonas clave: la testosterona, que es la hormona de la dominación, y el cortisol, que es la hormona del estrés. Los poderosos tienen muy alto nivel de testosterona y muy bajo cortisol. Esto significa que el poder tiene que ver no sólo con cuán poderosos nos sentimos sino con cómo reaccionamos ante el estrés”, explica Cuddy. Al parecer, realizar la postura Wonder Woman durante apenas dos minutos permitirá revolucionar nuestras hormonas para sentirnos predispuestos al éxito. “Deberíamos evaluarlo frente a situaciones exigentes o estresantes; por ejemplo, en una entrevista de trabajo. No es que uno deba llegar a una entrevista de trabajo y hacer una postura de poder. No, no se trata de cómo te vean los demás sino de cómo te ves vos. ¿Qué es lo que usualmente hacemos antes de ir a una entrevista de trabajo?
Nos sentamos encorvados, aguardando a que nos llamen, mirando la hora, chequeando el teléfono, cruzándonos de brazos, cuando en realidad lo que deberíamos hacer sería encerrarnos en el baño a hacer la pose WW”, insiste Cuddy. Parece que importa menos lo que digamos con palabras que lo que decimos en imágenes… Fuente parati.com.ar
