El deporte es esencial para mantener el cuerpo en forma, pero también tiene importantes beneficios para la salud mental. Esto se debe a la segregación de endorfinas, conocidas como las hormonas de la felicidad, durante el ejercicio.
Las endorfinas son neurotransmisores que conectan las neuronas de nuestro sistema nervioso y que trabajan como nexos de unión entre la mente y el cuerpo. Concretamente, estas hormonas son vehículos de placer, euforia, felicidad e, incluso, alivio del dolor. Por tanto, su activación mejora el estado de ánimo, aumenta la autoestima, rebaja la ansiedad y reduce el estrés.
La práctica de ejercicio es uno de los factores que consigue generar altos niveles de endorfinas; ahora bien, para ello, la actividad debe resultar gratificante. La explicación se encuentra en que, ante estímulos positivos, la capa límbica o emocional del cerebro, que es el centro de nuestra capacidad de sentir bienestar y malestar, segrega mayor cantidad de endorfinas.
Cuando liberación de hormonas es captada por el córtex cerebral o área donde se ubica la capacidad para razonar y el comportamiento inteligente, el cerebro enviará información al cuerpo para que repita la acción con objeto de obtener el efecto placentero. De ahí, que las personas que suelen realizar deporte, lo necesiten para sentirse bien.
Otros modos de estimular la producción de endorfinas es el sexo, la risa o tomar chocolate.
En cuanto al ejercicio, la actividad más interesante para la generación de endorfinas es la aeróbica, por ejemplo, andar deprisa durante 30 minutos, bicicleta, natación… Se ha comprobado que el ejercicio aeróbico, sobre todo cuando hay un elevado consumo de oxígeno y la frecuencia cardiaca aumenta un 75 % con respecto a cuando está en reposo, genera más endorfinas. Fuente club59mas.com
