Por Ana Morales y Carolina de Pedro para VOGUE.ES
1 – ¿Cuántas veces a la semana debe practicarse estos ejercicios para obtener resultados? ¿Cuándo puede empezar a verse si somos constantes?
Dos veces a la semana es el mínimo recomendable según mi opinión.
Para las mujeres que no desean o no pueden despegarse de sus tareas, una vez a la semana siempre es mejor que ninguna, y si se quieren cumplir con ciertos objetivos que nos hemos propuesto, hay que ser consecuentes y no dejar nunca la clase para otro momento. Cierto es que debo reconocer basándome en mi experiencia, que la constancia necesaria de aplicar en Body Ballet, no requiere un esfuerzo considerable como en otras disciplinas.
Esto se debe a dos circunstancias que veo repetirse cada vez con más alumnas.
Muchas de ellas, al mes comentan con alegría que internamente ya se notan mucho mejor en varios aspectos; y a los tres meses, esa mejoría ya es notable desde fuera y es gente de su entorno la que les hace ese comentario, preguntando si es por una nueva dieta, o un nuevo novio.
La segunda razón, es que en mis clases, siempre se crea un muy buen clima. Esa es también una de mis metas fundamentales.
Es normal que en verano, al terminar mis clases de los sábados, todas mis alumnas se vayan juntas a la playa, y en invierno a tomar algo y conversar.
Hasta llegar a ese momento de disfrute que como cuento, llega pronto, podemos considerar que somos constantes cuando mantenemos una disciplina a lo largo del tiempo, y aunque parezca el dilema del huevo y la gallina, es también con el tiempo que desarrollamos el hábito, lo que nos facilita que seamos constantes.
Debemos ser fieles a “nuestra clase” de Body Ballet los días pautados, respetarlos y cumplirlos como lo hacemos con nuestro trabajo u otras obligaciones, aunque llueva, truene, haga frío o calor.
Solo así, veremos resultados, en Body Ballet, y en cualquier otra cosa.
2 – ¿Cómo debe ser el lugar elegido para llevarlos a cabo?
Tenemos que encontrar un sitio apropiado donde la mente no se distraiga ni se aleje del instante presente.
Lo idóneo es practicar en un lugar limpio y ventilado. Sonidos y las distracciones diarias (móvil, teléfonos, ruidos de la calle, etc.) hacen que sea muy difícil estar centradas en nuestra clase.
Esta es una técnica que requiere de la atención y la concentración para optimizar los resultados.
Otro punto importante son la obligaciones. Siempre es mejor exigirnos cumplir con nuestra clase en un horario en donde estemos solas; con lo niños en la guardería o en el colegio, sin reuniones o actividades programadas para ese momento; y por supuesto, intentando minimizar las interrupciones inesperadas.
En Body Ballet la música es importante, porque nos ayudara a estar mas relajadas y disfrutar de los ejercicios. Debe ser tranquila, agradable, apta para concentrarse en el cuerpo y en la tarea que se está realizando.
Música clásica, como la de Mozart, Brahms, Tchaikovsky, Chopin son aptas; y porqué no, también en silencio si ya se tiene algo de práctica en lograr un estado mental apropiado y se logra detener la máquina de ideas e imágenes que es nuestra mente.
Una muletilla útil para la que recién comienza, es que durante su clase centre su atención en un punto fijo en la pared que actúa como apoyo para nuestro equilibrio.
Trabajas, haces tu rutina de ejercicios absolutamente inmersa en el momento presente. Al finalizar la clase no solo tu cuerpo ha trabajado, sino también tu mente, pues la has limpiado.
3 – ¿Qué tipo de ropa debemos usar para llevarlos a cabo?
Ropa cómoda que nos permita levantar las piernas y estirarnos en el suelo sin molestos impedimentos. El pelo recogido en un moño, para que no moleste en la cara.
Fuera anillos, relojes, collares, y cualquier adorno.
Zapatillas de media punta de ballet o calcetines antideslizantes.
Si sudas mucho, una toalla pequeña, y en pleno verano es bueno tener a mano una pequeña botella con agua para no deshidratarnos.
4 – ¿Puede practicarlos cualquier mujer o es necesario haber practicado antes ballet? ¿Puede haber algún riesgo de lesión?
No hace falta haber practicado ballet, pues esta no es una técnica académica.
Al crear Body Ballet pensé en todas las mujeres y hombres, que nunca pasaron o pasarán por una clase de danza clásica, aunque siempre desearon tener los beneficios que aporta esa técnica.
Pensé en esas mujeres y hombres que desean “otra cosa”. Pensé en quienes buscaban una actividad que vaya con su estilo, su forma de ser y su elegancia.
Body Ballet es para personas que desean trabajar para que sus cuerpos se flexibilicen y estilicen, con el fin de conseguir el porte apropiado, la figura esbelta y la fuerza muscular de un bailarín y no el aspecto de un levantador de pesas que va al típico gym.
Al principio los ejercicios son simples y cualquier persona con deseo y voluntad puede llevar adelante una clase sin ningún problema. Los riesgos de lesiones son mínimos o nulos, a condición de que seamos consientes de nuestras limitaciones e ir paso a paso sin intentar hacer cosas que nos superan.
De lo contrario no estamos exentos de lastimarnos, pero eso no es por esta técnica y su práctica. Eso sucede en cualquier ámbito de la vida, si vamos más allá de nuestras posibilidades presentes. Publicado en VOGUE.ES septiembre, 2014.