El recorrido por la vida de Alma Mahler supone también el repaso de la historia y del arte de los últimos tiempos. Este libro nos lleva desde la Viena del siglo XIX hasta el Nueva York del siglo XX, y con él sorteamos las dos guerras mundiales, el surgimiento de nuevas formas artísticas (como la Bauhaus) y la historia de la música del siglo XX.
Es, además, una invitación inevitable a reflexionar sobre el papel de una mujer que no se dejó ensombrecer por los hombres que la acompañaron (Gustav Mahler, Walter Gropius, Franz Werfel), ni se dejó doblegar por la maternidad. Apasionada, sociable, curiosa, extrovertida, adelantada a su época y ajena al qué dirán, Mahler no escatimó a la hora de llenar su vida de jugosas aventuras que hacen de este libro una lectura fascinante.
Su belleza, su carisma y su presencia constante entre la élite intelectual de la época (ya fuera la Viena imperial, ya fuera el Nueva York donde murió en los años 60) cimentaron una fama de una seductora femme fatale depredadora de grandes hombres en detrimento de la verdadera motivación de Alma María Margaretha Schindler: la obsesión por proteger y potenciar la genialidad en cualquiera de sus formas. “Alma creía sobre todo en el talento y brindaba su apoyo desenfrenado a aquellos en quienes creía”, nos cuenta Cate Haste. «Alimentó el talento cuando lo encontró y decenas de artistas se encontraban entre sus beneficiarios. Pero su franca intolerancia hacia la cultura de segunda le ganó enemigos y detractores. Una mujer honesta y de mente fuerte que creía en su propio talento no podía aceptar el papel de la doncella dudosa de un genio. Como hacen todas las mujeres poderosas, atrajo hostilidad porque afirmaba ser una persona creativa por derecho propio”, sostiene su biógrafa.
Relegada a mera copista de las composiciones de su marido, Alma tuvo dos hijas con Gustav Mahler (María, la primera de ellas murió a los cinco años mientras que Anna Mahler llegaría a convertirse en escultora). Un año antes de la muerte de su esposo en 1911, mientras descansaba en un balneario, Alma conoció a Walter Gropius con quien comenzó una relación de la que Gustav Mahler fue consciente. Tras la muerte del compositor, Alma y el arquitecto siguieron adelante con su relación y estuvieron casados cinco años en los que tuvieron una hija que también falleció prematuramente. Después llegaría la enfermiza obsesión de Oskar Kokoschka con ella, que hasta llegó a fabricarse una muñeca idéntica a Alma. Y ya en 1929 contrajo matrimonio con Franz Werfel (el autor de La canción de Bernadette, entre otras) con quien se instaló en Estados Unidos tras recalar en Francia y España huyendo del nazismo. Fuente SMODA – 21 Mar 2021 .
Acerca del autor, Cate Haste
Escritora, biógrafa e historiadora británica, ha dirigido varios documentales y ha trabajado para las principales cadenas de televisión en Reino Unido y en Estados Unidos durante más de cuarenta años. Se ha especializado, tanto en libros como en sus películas, en la historia europea del siglo xx.