Ballet y Yoga, dos disciplinas afines que cada vez más mujeres practican de manera conjunta entre otros motivos porque ambas técnicas se complementan entre sí y conforman un buen conjunto de beneficios para cuerpo, mente y espíritu.
Ballet y yoga. ¿Cómo alternar ambas disciplinas? ¿Por qué es tan bueno?. «El ballet y el yoga se encuentran en un punto; quienes han practicado ambas son conscientes de esto.» Carolina de Pedro para Vogue España.
Ambas técncias se complementan entre sí y conforman un buen conjunto de beneficios para el cuerpo, la mente y el espíritu, pues se trata de una inversión, un trabajo corporal de equilibrio y en pro del bienestar total de nuestro cuerpo. En cada clase tonificas, estiras y revitalizas diferentes partes de tu cuerpo y trabajaras aspectos fundamentales de tu ser, realizando una preparación y reparación física, mental y espiritual.
Uno de los mayores beneficios que aporta el yoga es la de encontrar o recuperar la fuerza central en todo el cuerpo y la de centrar la mente. Es una actividad absolutamente integradora. La parte superior se conecta con a la parte inferior de tu cuerpo buscando un permanente equilibrio general que permite a la vez moverse con facilidad y fluidez.
El progreso dentro del ballet no esta basado únicamente en volverse mas flexible o mas fuerte, sino en ejercitar ciertas fuerzas mentales, entre empezando por la atención o concentración.
Durante los ejercicios hay que dirigir la atención a los distintos aspectos, cada aspecto es importante y hay que profundizar en todos ellos. Con una practica asidua los primeros puntos poco a poco son integrados por nuestro cuerpo-mente, al igual que un conductor experimentado va integrando todos los movimientos necesarios para cambiar de marcha.
No importa el nivel de práctica, en cada nueva pose o ejercicio debe quemar todas las etapas de concentración, pasando al siguiente punto cuando el anterior ya ha sido integrado dentro del ejercicio que realizamos.
Al principio hay que concentrarse en realizar correctamente la postura, tanto los detalles técnicos de la postura dinámica como la correcta posición en la postura estática. Sin una técnica correcta, la relajación e inmovilidad serán difíciles e incluso imposibles, y parte de los efectos se reducirán o se perderán. En los ejercicios duros incluso puede conducir a lesiones.
El segundo paso consiste en concentrarse en la relajación de todos los músculos que no son necesarios para mantener la posición o realizar el ejercicio dinámico. Se trata de usar el menor numero de músculos. Es importante observar rostro y manos, pues son dos zonas con tendencia a hacer fuerza innecesaria
Una vez se han interiorizado correctamente todos los aspectos físicos de la postura es necesario llevar la atención a al respiración. En los ejercicios dinámicos hay que ir lentamente integrándola con el movimiento, hasta el punto que el ejercicio llegue a acompañar a la respiración. En las posturas finales generalmente hay un tipo de respiración mas adecuada, hay que esforzarse por conseguir este tipo de respiración. Fuente caminodeldiscipuloyoga.blogspot.com.es