Termino mi día con mi clase online de técnica de Isadora Duncan en directo desde New York con el Isadora Duncan International Institute de New York, dirigido por Jeanne Bresciani.
Considerada la «Madre de la danza moderna», el estilo de Duncan se centra principalmente en las posturas naturales y el uso de la respiración para dirigir y definir la danza. Su coreografía se transmite de generación en generación.
Mi maestra, la bailarina y experta en la materia Jeanne Bresciani, fue alumna de personalidades tan trascendentes en el linaje artístico de esta danza como Maria-Theresa Duncan, Hortense Kooluris y Julia Levien y Anita Zahn, la principal exponente de la pedagogía de Duncan en América del Norte.
La música que se utiliza para los diferentes ejercicios es maravillosa: desde Brahms a Ravel pasando por Skriabin, Rimski-Kórsakov y Chopin. Los bailes del Instituto Internacional Isadora Duncan, son las coreografías originales de Isadora, conservados por el instituto a través de su directora artística, Jeanne Bresciani. Además, los bailes posteriores de Isadora, como los del período ruso, se transmitieron a las Isadorables y el Instituto los conserva gracias a escritos y videos.
La técnica de Isadora Duncan enfatiza la fluidez de los movimientos libres. El final de un movimiento siempre lleva al principio del próximo. No hay interrupción en el flujo de este estilo de danza. La técnica Duncan enseña es a dirigir la mirada hacia nuestro plexo/chakra del corazón, y a desplegar un movimiento o gesto.
En esta técnica, el cuerpo se encuentra al servicio de nuestra intención e inteligencia. La intención es que las manos sean las que dirigen los gestos y las extremidades, al servicio de la inteligencia, bailen al ritmo de la música. El estilo Duncan profundiza el significado y la profundidad de la danza a través del uso de la “línea de la mirada” como herramienta de extender nuestros movimientos.
Los movimientos deben iniciarse desde el plexo solar de una manera natural, en armonía con la respiración y la música. Se exploran movimientos humanos—como caminar, correr, saltar, brincar, arrodillarse, recostarse, dar saltitos, saltar por encima de algo—en su forma más pura y orgánica. Isadora dijo “Dirige la mirada, llévala a través del plexo y termina en la mano, el brazo o cualquier parte del cuerpo. Despliégate”.
Usa el plexo solar como centro de la intención y fuente de motivación del movimiento. El chakra del plexo solar es nuestro sol interno. Nuestro centro. Localizar y activar este centro fue crucial para Isadora como lo fue también para Marta Graham. Fuente: isadoraduncanarchive.org
Carolina de Pedro Pascual
La Danza Libre
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