La colección otoño-invierno 2021 de Erdem es toda una carta de amor al ballet. El diseñador canadiense explica por qué es tan importante ofrecer un tallaje amplio y por qué Rudolf Nuréyev y Margot Fonteyn han sido la gran inspiración de su colección.
“Es una carta de amor a la danza, una disciplina que tiene todos mis respetos”, dice Erdem Moralıoğlu, de 43 años, sobre su colección de otoño-invierno 2021/22 y el vídeo que la acompaña, que se estrenará en la Semana de la Moda de Londres. Aunque el ballet no le resulta ajeno, es la primera vez que este diseñador nacido en Canadá —medio turco y medio británico— ha dejado que esta disciplina tan técnica acapare todo el protagonismo de uno de sus desfiles.
Por Alex Kessler para Vogue España – 23 de febrero de 2021
En 2017, el coreógrafo Christopher Wheeldon le encargó a Erdem el vestuario de su montaje de ballet, Corybantic Games, que se estrenó en la Royal Opera House de la mano del Royal Ballet en 2018. Si avanzamos los relojes hasta 2021, no es de extrañar que el diseñador haya decidido volver a adentrarse en este mundo con su nueva colección; esta vez, de la mano de Edward Watson, primer bailarín y profesor del Royal Ballet de Londres. “Se he encargado de dirigir el movimiento”, dice Erdem. “No era tanto una coreografía”.
¿Y los diseños? Una yuxtaposición de dos mundos: lo informal mezclado con lo formal, una representación del momento en que una bailarina está medio vestida con el traje de la función, medio con su ropa de ensayo. Pensemos en una robe à la française, vestidos de satén de primera con primorosos adornos o abrigos de ir a la ópera combinados con bandas de pelo de punto, leggins de cordoncillo y bailarinas de plataforma. Erdem, que ha vestido a mujeres de la talla de Michelle Obama o Kate Middleton, quería celebrar el arco temporal de la carrera de una bailarina, así como su obsesión por bailarines legendarios como Rudolf Nuréyev o Margot Fonteyn.
Tras pasar el día admirando de primera mano la brillantez de sus diseños en el set de rodaje de su desfile, que se ha grabado con antelación —y que puede verse el 23 de febrero en su web oficial—, hemos aprovechado para charlar con el diseñador para que nos cuente más cosas acerca de su innegable amor por el baile; las razones para trabajar con Edward Watson; lo clave que ha sido el bailarín para materializar lo que tenía la cabeza, o la importancia de la inclusión de todo tipo de cuerpos, algo que intenta hacer con su marca, que ofrece un tallaje muy amplio.
¿Qué te animó para centrarte en el ballet esta temporada?
«La semilla se plantó en 2017; cuando empecé con el proyecto de Corybantic Games, siempre supe que diseñaría una colección dedicada al tiempo que pasé en la Royal Opera House».
¿Por qué dos figuras legendarias como Margot Fonteyn y Rudolf Nuréyev han sido tus musas para esta colección?
“Siempre me han interesado la ambición y la fuerza de Fonteyn, su vida fue fascinante. Ese momento en que se convierte en la primera bailarina, la bailarina más famosa del mundo, su decadencia y luego, a sus 42 años, cuando conoció a Nuréyev, su regreso a lo más alto. Ambos me inspiran muchísimo”.
¿Cómo acabaste colaborando con Edward Watson?
“Conocí a Edward hace unos años a través de Lauren Cuthbertson, una de las bailarinas más importantes del Royal Ballet de Londres, que es muy amiga suya. Edward es el bailarín más importante de este país; para mí, tenía sentido trabajar con un bailarín, así que le pedí que me acompañara como director de movimiento. Se ha encargado de la posición de todo con muchísima sensibilidad, es maravilloso”
La dirección de movimiento partió de la idea de que las bailarinas entraran y salieran del escenario y se colocaran en posición. No se trata tanto de una coreografía, sino del movimiento que hay cuando se ha cerrado el telón y se cruzan los caminos de las artistas».
¿Tenías clara la imagen que querías transmitir con el vídeo del desfile? ¿Cómo será la música?
«Teníamos en mente algo hitchcockiano, espero que lo que llegue es ese momento tan cinematográfico que surge antes de que acontezca algo terrible. No tiene tanto que ver con la acción como sí con la anticipación. Pensamos que sería todavía más espeluznante si la música era melódica y repetitiva, como si estuvieran en una clase de ballet con la pianista en un rincón»
Has contado con cuatro bailarinas para el desfile, dos de ellas ya retiradas. ¿Qué te animó a optar por este elenco y por qué te pareció tan importante incluirlas?
«Las cuatro bailarinas, Marguerite Porter, Christina Arestis, Elizabeth McGorian y Zenaida Yanowsky, tienen cualidades de lo más diferentes y que me parecían fascinantes; además, tuvieron trato con Nuréyev. Creo que, como estoy tan obsesionado con él, me pareció interesante conocer a personas que, a su vez, también lo conocieron a él».
Erdem ofrece sus prendas en tallas que van de la 34 a la 50. ¿Por qué la inclusión de todo tipo de cuerpos es tan importante para ti y para tu marca?
“Hago muchas prendas a medida y me di cuenta de que había una gran demanda de formas y tallas diferentes. Es democrático a la par que maravilloso vestir a mujeres de todo tipo, por eso también quería tenerlas representadas en el desfile”.
¿Qué echas de menos de los desfiles y que esperas de su futuro?
“Echo de menos los murmullos del público al tomar asiento y la expectación de saber que el desfile está a punto de empezar. El trabajo que llevas desarrollando seis meses, tanto si es bien recibido como si no, cobra una vida completamente diferente ante la mirada de los demás. Hay algo intangible en los desfiles presenciales, espero que podamos volver”.
Y, por último, teniendo en cuenta que tu gran inspiración para esta temporada ha sido la danza, ¿qué te da ganas de bailar?
“Presenciar ese maravilloso momento en que los bailarines y bailarinas se pierden por completo en su parte física y la danza se convierte en algo absolutamente trascendental y extraordinario. La sensación de que estar, mentalmente, en otro mundo, es lo mejor que hay”.
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