Crítica constructiva

Las críticas constructivas: Un beneficio para tu salud.

En nuestro idioma existe el concepto de crítica, el cual puede dividirse en dos formas: La crítica constructiva (positiva) y la crítica destructiva (negativa). ¿Cómo podemos definir cada una de ellas?

El concepto de crítica puede referirse al juicio que se pronuncia sobre una obra o un asunto. Constructivo, por su parte, es aquello que resulta útil para construir.

Una crítica constructiva, en este marco, es una expresión valorativa que se comparte con el objetivo de ayudar a otra persona. La intención es lograr que el otro realice un cambio positivo, obteniendo beneficios de dicha modificación.

La crítica constructiva

Es el tipo de crítica que se realiza sin una intención negativa, sin prejuicios y siendo totalmente objetivo. Una crítica constructiva puede ser solicitada o no, pero siempre debe manejarse bajo el principio del respeto y del entendimiento, especialmente cuando estamos criticando el proyecto, trabajo o intención del otro, pues, hay que comprender la importancia que puede tener para la persona y, por ende, cuidarse de no herir su sensibilidad al criticarle.

La crítica destructiva

El caso opuesto es, lamentablemente, el más común. Este tipo de comentaros/observaciones no aportan nada al receptor; en la mayoría de los casos no tienen otro fin que herir, hacer sentir mal y minar las intenciones de una persona.

Mantener siempre la objetividad

No sirve de nada si cuando estamos emitiendo una crítica constructiva decimos cosas que puedan molestar a nuestro interlocutor, especialmente si son en exceso sentimentales o intangibles. Por ejemplo, nunca digas que algo “se ve feo”; en cambio, describe qué aspectos podrían mejorar la estética de ese elemento. Siempre mantener la objetividad.

Que tu lenguaje sume, no reste

Una crítica constructiva contiene comentarios acerca de los aspectos de una persona o proyecto que pudieran mejorarse, pero también las características positivas. No le digas a la persona solo las cosas malas, menciónale porqué es bueno, qué te gusta de su proyecto. Que quede claro que no quieres simplemente criticarle, sino ayudarle a mejorar. ¡Súmale, no le quites!
Sustenta tus comentarios

Este punto se relaciona con el primero; sé objetivo, nunca critiques por gusto. No digas que el trabajo está mal hecho si no tienes una prueba para demostrarlo, si no hay elementos claros que lo comprueben.

Sé familiar y cercano al criticar

Demuéstrale a la persona que estás criticando que te importa su bienestar. No critiques desde una posición de soberbia o distancia. Explícale porqué quieres verle crecer y tener éxito. Por cliché que suene, déjale saber que estás haciéndolo por su bien. Dale confianza, dile qué aspectos pueden mejorarse, pero también dile porqué es bueno(a), qué hace especial su proyecto.

La confianza lo es todo y si tienes la posibilidad, es tu deber potenciar la confianza de tu amigo. Fuente lavidalucida.com

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