Se debe desaconsejar hacer puntas a las alumnas que solamente cursan clase una vez a la semana. Antes de empezar puntas es preciso fortalecer todos los músculos de la pierna, y desarrollar un control proprioceptivo adecuado, para facilitar la alineación correcta.
Reproducido del Journal of Dance Medicine & Science, Volumen 13, Número 3, 2009, páginas 90-92.
No se debe permitir subir a puntas a ninguna estudiante con insuficiente flexión del tobillo o flexión plantar del pie o con pobre alineación en las extremidades inferiores.
La iniciación al entrenamiento de puntas en las estudiantes de danza se debe determinar tras una cuidadosa evaluación de varios factores. Estos incluyen: la etapa de desarrollo físico del estudiante; la calidad del control abdominal, pélvico y del torso de la alumna o alumno (la estabilidad del centro); la alineación de sus piernas (cadera-rodilla-tobillo-pie); la fuerza y flexibilidad de sus pies y tobillos; y la duración y frecuencia de los estudios de danza.
En cuanto a las estudiantes que reúnen los requisitos relacionados con todos estos factores, empezaron las clases de ballet a los ocho años o más tarde, y que cursan clases como mínimo dos veces por semana: deben iniciar puntas en el cuarto año de estudios.
Es posible que las estudiantes con un control pobre del centro del cuerpo o con hipermovilidad de los pies y tobillos necesiten fortalecimiento adicional para poder iniciar el entrenamiento de puntas sin riesgo. Se debe desaconsejar hacer puntas a las que solamente cursan clase una vez a la semana, o a las que en realidad no son pre-profesionales.
No se debe permitir subir a puntas a ninguna estudiante con insuficiente flexión del tobillo o flexión plantar del pie o con pobre alineación en las extremidades inferiores.
La evaluación de la alumna pre-puntas
Uno de los factores que afecta al desarrollo de la fuerza muscular y la habilidad propioceptiva es la edad en que la niña haya comenzado los estudios de ballet. Aunque clases de movimiento comenzando a los cuatro años pueden ser beneficiosos para otros propósitos, no se puede enseñar ballet en serio antes de los ocho años (tanto Cecchetti como Balanchine coincidieron en eso).
Otro factor es la frecuencia con que la niña acude a las clases de ballet.
En general las estudiantes que tomen una clase a la semana progresarán más lentamente que las que tomen dos clases. Las que acuden a cuatro clases por semana serán las que progresan más rápidamente, pero esta frecuencia normalmente sólo se encuentra en escuelas o academias profesionales.
Para finalizar, ofrecemos dos observaciones que enfatizan la importancia de hacer una evaluación detallada de cuándo empezar las puntas.
- Primero, que la bailarina que tiene que luchar para trabajar en puntas puede que tenga dificultad para desarrollar otros aspectos de su técnica de ballet.
- Segundo, debido a la incapacidad de de ejecutar los movimientos requeridos para bailar bien en puntas, puede ser propensa a presentar problemas psicológicos, incluyendo la disminución de confianza y una pobre autoestima.
Por lo tanto, sería sensato adoptar una actitud cauta al decidir cuándo empezar las puntas. Howse comenta: «Desde luego hay algunas bailarinas célebres que no tenían fuerza suficiente para empezar puntas hasta haber cumplido los dieciséis años y esto no les ha perjudicado en sus carreras.”