Por Dr. Mónica Zapata
Médica dermatóloga Dermatológica
Una de las consultas mas frecuentes en dermatología, es como mejorar la piel, evitar el envejecimiento y minimizar las arrugas. Para lograrlo se invierten altas sumas de dinero, en tratamientos tópicos y en diferentes procedimientos no ablativos o en cirugías, que además generan en ocasiones incapacidades largas. Es por esto que siempre les enseño a mis pacientes, que los cuidados deben iniciarse a tempranas edades en la vida de las personas.
En la pequeña infancia con un buen protector solar, mínimo de 30SPF, usado a diario después de los 6 meses de vida, hidratación adecuada y el baño con un jabón suave ojala syndet (limpiadores con características humectantes que protegen el manto ácido de la piel) es suficiente.
En la adolescencia cobra mucha importancia el control de la grasa, porque en esta edad aparece el acné, el objetivo entonces es su tratamiento para evitar cicatrices futuras. La limpieza es muy importante, debe hacerse con productos que controlen la producción de sebo, un protector solar adecuado y geles con principios activos como el benzoil peróxido, adapaleno, tretinoína entre otros. Es mejor que sean recomendados por un dermatólogo de acuerdo a cada caso individual.
Entre los 30 – 40 años se inicia la etapa de nutrición y prevención del envejecimiento. La limpieza y la protección solar siguen siendo el pilar de cualquier manejo que se inicie, se deben considerar las hidratantes de acuerdo al tipo de piel para prevenir brotes acneiformes, también el uso de productos como la vitamina C o el ácido glicólico, son importantes porque remodelan y estimulan formación de colágeno, previniendo la flacidez y la aparición de manchas o pequeñas líneas de expresión. Es útil también, practicar procedimientos como la microdermabrasión, peelings superficiales o aplicación de toxina botulínica. Es conveniente iniciar el consumo de suplementos nutricionales que refuercen los tratamientos tópicos.
En la década de los 40 – 50 años, es necesario combinar los tratamientos tópicos con procedimientos más agresivos como laser, peelings de profundidad intermedia, luz pulsada, radiofrecuencia, rellenos y toxina botulínica para retardar la necesidad de cirugías. El objetivo es estimular de manera importante la neoformación y la contracción de las fibras de colágeno. Siguen siendo supremamente importantes la limpieza, fotoprotección y el consumo de suplementos nutricionales por su efecto antioxidante.
Después de los 50 años es probable que se requieran cirugías como la blefaroplastia (párpados) o la ritidoplastia (cara). La menopausia acelera el envejecimiento, por lo tanto, la terapia de sustitución hormonal, colabora enormemente en el objetivo de mitigar los cambios en la piel con el paso de los años.
Recuerde, los buenos hábitos en el cuidado de su piel, siempre de la mano de un dermatólogo, permitirán que el proceso natural del envejecimiento sea menos severo y agresivo.
Entre los 30 – 40 años se inicia la etapa de nutrición y prevención del envejecimiento.
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