Disfruta de la menopausia y del Body Ballet.

Ellas sufren un bajón hormonal evidente con el fin de la regla, pero les queda toda una vida por elante. La medicina busca el modo más eficaz de borrar los síntomas meno y andropáusicos.

Una etapa conocida, pero poco estudiada.

Los calores afectan a muchas mujeres. Su intensidad es variable: desde una sensación de ahogo aterradora que hace pensar en lo peor y llamar a Urgencias hasta síntomas más leves que se soportan con relativa normalidad. Millones de mujeres llegan a la menopausia sin disponer de mucha información. Para los científicos el estudio de esta fase biológica es también relativamente nuevo. No es una enfermedad, ni un sinónimo de vejez. La menopausia sólo marca la fecha de la última menstruación.

Antes se producen desajustes en los ciclos que los médicos llaman perimenopausia. La etapa posterior a la desaparición de la regla se llama postmenopausia y el conjunto de estas tres fases se define como climaterio. Salvo en mujeres enfermas o sometidas a determinadas operaciones, la menopausia comienza de forma espontánea.

  • Mucho antes, en la perimenopausia, el cerebro femenino empieza a ser menos sensible al estrógeno. Esto desencadena una cascada de síntomas variables de mes a mes y de año en año: sofocos, articulaciones adoloridas, cambios bruscos en el deseo sexual, angustia y depresión.

Durante esta etapa la gran mayoría de las mujeres sufre sofocos, una sensación de calor intenso y repentino que se extiende desde el pecho hasta la cara. Se acompaña de palpitaciones y brotes de ansiedad. Pueden ocurrir una vez a la semana o varias veces al día. No hay reglas.

La grasa visceral, mucho más peligrosa. De los brazos de Morfeo pasamos a las flechas de Cupido. “La menopausia tampoco supone el fin de la sexualidad, pero sí puede hacer descender la libido”, explica Montserrat Manubens, ginecóloga del Instituto Dexeus de Barcelona. En esta época disminuye la lubricación de la vagina, sus paredes adelgazan, pierden elasticidad y sangran fácilmente al contacto.

¿Entonces, por qué algunas, lejos de perder el apetito sexual, tienen más ganas que nunca? La respuesta hay que buscarla en las variaciones de los niveles hormonales propias de la menopausia que provocan picos de testosterona que incrementan el deseo sexual en muchas mujeres.

Por otra parte, no tener que preocuparse de posibles embarazos y otros inconvenientes ginecológicos las libera. “Cada mujer vive esta etapa de forma diferente dependiendo de su carácter y de sus circunstancias personales”, añade Rosa Porqueras, ginecóloga del instituto barcelonés.

  • Durante la menopausia el metabolismo se hace más lento y es habitual que se ganen unos kilos. Estas reservas se acumulan en zonas consideradas típicamente masculinas: la barriga, el cuello, la barbilla o el abdomen. Ya no son necesarias las curvas para atraer la atención del varón y el cuerpo de la mujer se redondea.
  • La flacidez también hace acto de presencia. Conforme nos hacemos mayores nos volvemos más sedentarios y quemamos menos calorías. A la larga eso significa menos músculo y más grasa.
  • Combatir esta barriguita es mucho más que una cuestión de vanidad. Una parte del peso que se gana durante la menopausia es almacenada en forma de grasa subcutánea en muslos y abdomen. La otra se guarda como grasa visceral próxima a los órganos vitales. Las grasas subcutánea y visceral no sólo se diferencian en su localización corporal, pues varias investigaciones han demostrado que las células de la grasa visceral son más activas y que existe una asociación entre sus altos niveles y el riesgo de padecer determinadas enfermedades. Si consumimos un exceso de calorías, probablemente acumularemos grasa visceral.

La menopausia es, además, una etapa de cambios emocionales. Muchas mujeres ven la oportunidad de recuperar actividades que habían abandonado por el cuidado de los hijos o de retomar la vida en pareja. Algunas, incluso, inician nuevas relaciones. Sin embargo, otras viven estos cambios de manera negativa y hasta pueden desarrollar un cuadro depresivo.

  • Se ha comprobado que los bajos niveles de estrógeno modifican la cantidad de serotonina, dopamina y norepinefrina disponibles en el cerebro y que se relacionan con el buen humor y la sensación de bienestar.

Terapias naturales, pero también armas de doble filo

Ambas ginecólogas coinciden en que las terapias naturales para la menopausia tienen efectos secundarios. Otras técnicas, como la acupuntura parecen ser eficaces para los sofocos, al igual que la fisioterapia respiratoria y las técnicas de relajación, aunque se desconoce por qué y cómo funcionan.

  • Para muchas mujeres, retrasar la menopausia sería el sueño más deseado. Recientemente investigadores de la Universidad de Guelph, en Canadá, lo han conseguido… pero sólo en ratas. Los científicos han prolongado la actividad de los ovarios mediante el bloqueo de los genes que controlan la muerte célular.

¿Realmente es un chollo retrasar la menopausia? “Podría parecer beneficioso, se retrasaría la osteoporosis y habría menos riesgo cardiovascular, pero someter a la mama y al endometrio a un estímulo continuo de estrógeno podría aumentar el riesgo de cáncer”, concluye Manubens.

Es evidente la falta de estudios que aclaren el misterio de la menopausia. Mientras tanto, mujeres, maridos e hijos tienen que aprender a convivir con los síntomas de esta fase de la vida femenina. A falta de tratamientos eficaces y seguros, la mejor terapia se compone de cariño, sentido del humor y paciencia. Fuente muyinteresante.es

Body Ballet® Carolina de Pedro
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Danza clásica, elongación y estiramientos.

Jane Fonda. Photographed by Arthur Elgort, Vogue, December 1979.
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