El ego y los bailarines. Continuemos felices y seamos humildes.

En un mundo elitista, excesivamente bello y exquisito, centrado casi en exclusiva en lo estético, en el mundo del ballet, los egos y las vanidades pueden alcanzar proporciones descomunales.

No entres en el camino del egoísmo y la indiferencia. No lo hagas todo sobre “yo, yo, yo”. Todos los artistas tienen egos grandes. Pero no hace falta que deformes el tuyo si no eres así. Las personas con un gran ego necesitan ser el centro de atención, ansían reconocimiento y les preocupa muy poco los demás. Por el contrario, una saludable autoestima nos permite respetar nuestros propios deseos y también los de los demás.

Deja tu marca, si; que se te pueda recordar no sólo por tus éxitos personales sino por la forma en que ayudaste a mejorar la calidad artística de otras personas. Tal vez tú no sueñes con convertirte en una gran bailarina o bailarín. Sueñas constantemente con convertirte en alguien o lograr algo excepcional con tu vida, ¿cierto? Todos lo hacemos. La diferencia es cuántos de nosotros verdaderamente lo logramos.

Para esto, hay que tener en claro muchas cosas. Bastantes; como por ejemplo ¿qué sentido tiene comportarse como todos y lograr agradar a todos? Absolutamente ninguno. Ninguno.

  • Se personal. Se tú. Pero conoce los límite y respeta las reglas. Siempre, siempre, siempre todo es para mejor.
  • Para mejorar ten bien claro en quién te quieres convertir o lo que quieres lograr.
  • Si quieres alcanzar tus sueños, trabaja DURO, como nadie lo ha hecho y especialmente como nunca lo has hecho.
  • Asume riesgos, no tiembles y no dudes.
  • Demuestra que te mereces lo que quieres, y lo que tienes, estudia, entrena, investíga o haz lo que tengas que hacer día tras día para llegar a ser quien quieres ser.

No somos mejor ni peor que otro bailarín.

Quizas es tentador sentirse por encima de gente que está empezando, o que tiene un nivel inferior al nuestro, pero intenta mirar mas allá de tu ego y reconoce que cada persona que está compartiendo una clase contigo tiene diferentes habilidades.

Un bailarín no debería ser valorado sólo por sus habilidades en el escenario.
Todos tenemos múltiples facetas. Sigamos bailando, continuemos felices y seamos humildes.

Natalia Oipova. Photograph: Sarah Lee/The Guardian
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