El shocking pink de Schiaparelli vuelve a codearse con la Alta Costura parisina
by Isabel Serra para www.itfashion.com. 11 ene 2017
La firma Schiaparelli recupera –por fin- el sello oficial de Alta Costura que perdió en 1954, cuando Elsa, su creadora, decidió cerrar su maison para poder escribir su autobiografía, Shocking Life. Hace unos días, la todopoderosa Federación Francesa de Alta Costura anunciaba su regreso, que coincide con el noventa aniversario de la casa Schiaparelli. Este reconocimiento implica el derecho a desfilar en la Semana de la Moda de París y poder definirse como “haute couture” pero también el deber de contar con un taller en París donde trabajen, como mínimo, veinte empleados.
Esto parece la excusa perfecta para recordar por qué todos deberíamos amar a Elsa Schiaparelli.
1. Porque hizo sombra a la mismísima Coco Chanel
“Esa artista italiana que hace ropa” – así se refería Chanel a Elsa Schiaparelli. Las dos vieron como triunfaban junto a otras diseñadoras como Vionnet o Jeanne Lanvin en un mundo que hasta la fecha era monopolio masculino, pero nunca se vieron como aliadas. A la sobria Gabrielle Chanel no parecían gustarle los aires extravagantes de la italiana.
2. Porque siempre se arriesgó
Elsa Schiaparelli solo se sentía cómoda en los bordes del riesgo y durante su carrera experimentó tanto como pudo. Llevó al templo de la Alta Costura tejidos irreverentes como materiales de tapicería, telas de toalla, celofán o el rayón. Creó la falda-pantalón (y apostó por la ropa sport) y no temió mostrar las cremalleras de sus diseños, que hasta la fecha siempre se escondían.
3. Por su icónico jersey trampantojo
En 1927 lanzó uno de sus mayores éxitos: el jersey trampantojo. En su autobiografía dijo haberse inspirado en el jersey que una amiga suya se había hecho. Schiaparelli nunca supo tejer así que tuvo que contratar a alguien que le hiciera uno a ella. El resultado fue un jersey negro con jaspeado blanco, con un gran lazo en el cuello y los puños blancos, todo falso pero efectista para quien lo ve. Es uno de sus diseños más reinterpretados.
4. Por ser un antídoto contra el aburrimiento
La diseñadora (artista) apareció como un revulsivo para la moda de la época. Mantuvo que para ella la moda era un medio más de expresión acercándola al nivel del arte. Jugó con el surrealismo, propuso nuevos estampados y, aunque se identificó siempre con el blanco y el negro, llevó a la pasarela los colores flúor y el animal print.
5. Por su colección Circus, en 1938
Con esta mítica colección volvió a afiliarse con los surrealistas al hacer apología del mundo del circo. Circus fue una colección pensada al milímetro, llena de estampados y bordados coloristas o detalles preciosistas como botones en forma de acróbatas. Fue reinterpretada de manera impecable por Bertrand Guyon -director creativo de la maison- en la colección otoño/invierno 2016.
6. Por regalar a la moda el shocking pink
Un rosa chicle muy flúor y muy brillante definía, para Schiaparelli, la belleza del mundo. Un color imposible e imprudente en sus propias palabras, que parecía no encajar en Occidente y que debió escandalizar a puristas como Christian Dior o Chanel.
7. Porque hizo de una langosta el sueño de la Alta Costura
Es recordada por este vestido en organza de seda con una langosta pintada y ramilletes de perejil, un diseño de su amigo Salvador Dalí con quien colaboró en numerosas ocasiones durante su carrera. El surrealismo era la corriente intelectual de moda en aquellos años treinta, con especial fuerza en París donde Schiaparelli trabajaba. El affaire con el surrealismo va más allá del vestido y se traduce en joyas, sombreros con forma de zapato o teléfono. Objetos artísticos -que no prendas- salidos de sus sueños.
8. Porque formó a Givenchy y Cardin
Le brindó a Givenchy la posibilidad de explotar todas las posibilidades de creación que esta profesión brinda. También fue exalumno de honor Pierre Cardin que estuvo a las órdenes de Schiaparelli hasta 1947.
9. Porque ella inventó el desfile-espectáculo
Ella inauguró los desfiles de moda como se entienden hoy: como shows. Cuando en 1938 presentó su colección Circus decidió realizar un desfile que hiciera honor al nombre de la colección. Acróbatas, funambulistas, animales cambiaron el curso de los desfiles de moda hasta el espectáculo actual.
10. Por inspirar la irreverencia de Moschino
Si tuviéramos que trazar el legado de Schiaparelli, llegaríamos hasta Franco Moschino, diseñador irreverente y extravagante al que la moda parecía divertirle más que a los demás. Moschino es el resultado de pasar la herencia surrealista por el tamiz de Schiaparelli, con una pizca de despreocupación. Las colecciones burlonas y los shows de la firma -ahora capitaneada por Jeremy Scott- le deben mucho a la diseñadora italiana.
Bienvenida otra vez, Elsa.