Por chocante que nos pueda parecer, existen personas que se sienten bien cuando se comportan mal con otras. Ésta es una manera demasiado simple de explicarlo, desde luego, pero nos va a servir para tratar el tema de hoy.
¿Qué propósito puede tener alguien que te ridiculiza en público? ¿Y alguien que aprovecha la más ligera excusa para insultarte a ti y a parte de tu árbol genealógico? ¿Y quien te lanza algo desde su ventana por el simple placer de verlo impactar sobre tu cabeza?
Hay personas que son negativas, sí. Puede que lo sean permanente o transitoriamente; que sólo lo sean para nosotros o que contaminen con su presencia cada lugar que pisen.
¿Cómo evitar que nos afecten estas personas?
Cuando alguien quiere ayudarnos al vernos afectados por algún comentario o alguna conducta hiriente, suele decirnos: “No hagas caso” (o algo parecido). Y ese “no hacer caso” conlleva actitudes como estas 5:
1. No seas como él/ella.
Indirectas dañinas, desprecios, insultos y lindezas parecidas… Alguien te “regala” esto para sentirse bien contemplando cómo te afecta. Pretende que te sientas mal y/o que te comportes del mismo modo. ¿Le vas a dar el gusto?
Es natural. Después de un ataque, el instinto lleva a defenderse y devolver la agresión, pero esto no merece la pena, porque es justo lo que pretende aquél que nos molesta o increpa.
Cuesta mantener la compostura y no mandar a estos seres “adorables” a donde las moscas pacen. Claro que cuesta, pero es lo que más compensa por dos motivos:
No le das el gusto al interesado de ver cómo te afecta su comentario o conducta.
Tú no eres así; no te comportas así. Si evitas ponerte a su altura, te sentirás más a gusto contigo mismo.
2. Evita recrear la situación.
Cuando alguien ha conseguido hacernos sentir mal, algo frecuente es darle vueltas a la situación: “Tenía que haberle dicho…” “Debería haberme callado…”
Estamos un rato o el día entero pensando en aquello y sintiéndonos cada vez peor. Mientras, quizás la otra ni se acuerda. Por lo tanto, hay que forzar a la imaginación para que abandone ese tema de una vez. ¿De qué sirve fantasear con lo que pudo haber pasado?
3. Evita tomarlo de manera personal.
Las personas que dañan a otras deliberadamente no suelen ser muy felices. Precisamente, tratan de serlo o de compensar su infelicidad con actitudes como éstas.
Cuando alguien se comporta mal con nosotros, la causa está en la persona que muestra tal comportamiento; no en nosotros. Muy probablemente, esta misma persona se muestra igual de desagradable con otros.
4. Pon en evidencia su comportamiento.
La persona que se está comportando mal con nosotros es consciente de ello, casi siempre. Está buscando una reacción negativa por nuestra parte para sentirse bien, por lo que sería estupendo que se encontrase con justo lo contrario. Estupendo, quiero decir, para que la próxima vez no tenga tantas ganas de atacarnos.
“¿Tú de qué vas?” “¿Qué te da derecho a hablarme así?” “¿Te has propuesto arruinarme el día?”
Se puede decir cualquier cosa, sin perder el control, para hacer que la otra persona se percate de que nos hemos dado cuenta de que nos está dañando adrede, sea cual sea la razón.
5. Haz una buena acción que sustituya a la mala.
Una manera de no darle vueltas al momento de tensión que hemos vivido con alguien es hacer una buena obra; en serio.
Alguien ha hecho que nos sintamos mal. Una buena manera de cambiarlo es haciendo nosotros que otra persona se sienta bien.
Por último, decir que hay personas que acostumbran a comportarse con los demás de esta manera tan negativa. Algunos no son conscientes del daño que hacen y otros sí. Aunque esto es asunto suyo… Fuente tusbuenosmomentos.com