Madame Felia Doubrovska, la musa que trascendió los escenarios

Felia Doubrovska (1896-1981), cuyo nombre original era Felizata Dluzhnevska, una mujer talentosa y enérgica, encarna la esencia misma del mundo del ballet. Inmersa en la prestigiosa Escuela Imperial de Ballet de San Petersburgo desde sus primeros pasos, su destino estaba destinado a brillar en los escenarios más renombrados.

Los Ballets Russes de Diaghilev abrieron sus puertas a Felia, brindándole la oportunidad de deslumbrar al mundo con su arte único. El genio de Balanchine incluso la eligió para interpretar papeles destacados, reconociendo su talento innato.

En 1920 emigró a París y se unió a los Ballets Russes de Diaghilevdel que pronto se convirtió en una de sus principales ballerinas. Para esta compañía estrenó: Les Noces (1923) de Bronislava Nijinska, Zéphire et Flore (1925) y Ode (1928) de Léonide Massine, y los ballets de George Balanchine: Romeo and Juliet entr’acte (1926), Jack-in-the-Box (1926), La Pastorale (1926), Apollon Musagète (1928), The Gods Go A-Begging (1928), Le Fils Prodigue (1929) y Le Bal (1929).

Tras la desaparición de la compañía, Doubrovska bailó con el Ballet de Anna Pavlova (1929-31), Ballet de l’Opéra Russe à Paris, donde estrenó Pulcinella (1931) de Boris Romanov y Orphée aux Enfers (1931) de Balanchine, Ballets Russes de Monte Carlo (1932), Ballets Sergey Lifar, para los que estrenó Dans l’Élysée (1933), American Ballet, donde estrenó Serenata: Magic (1936) de Balanchine, Ballets Russes del Coronel de Basil (1937) y como prima ballerina del Metropolitan Opera Ballet entre 1938 y 1939.

Pero su contribución al mundo del ballet no se limitaba a los escenarios. Madame Doubrovska, siempre empeñada en alcanzar la perfección, decidió compartir su conocimiento con las futuras generaciones. A partir de 1948 hasta 1979, se unió al distinguido cuerpo docente de la SAB – School of American Ballet – en Nueva York, donde dejó una huella indeleble en los corazones y las mentes de innumerables alumnas.

Su estilo inspirador y exigente capturó la atención de las estudiantes más avanzadas, ya que Madame Doubrovska desafió constantemente sus límites y las empujó a alcanzar nuevas alturas.

Tres generaciones de bailarinas tuvieron el privilegio de aprender de ella, absorbiendo su experiencia y sabiduría.

Se casó con el bailarín Pierre Vladimirov en 1922.

Después de dedicar incontables horas a cultivar el talento y la pasión de sus alumnas, Madame Doubrovska se retiró en 1980, a la notable edad de ochenta y cuatro años. Su legado perdura, recordándonos que el arte del ballet no solo es una expresión de gracia y belleza, sino también una disciplina que exige dedicación y determinación.

Felia Doubrovska, la musa que trascendió los escenarios para convertirse en una inolvidable mentora, ha dejado una marca imborrable en el mundo del ballet. Su impacto perdura, recordándonos que la excelencia es alcanzable cuando se combina la pasión con el esfuerzo incansable.

Madame Felia Doubrovska, la musa que trascendió los escenarios | Body Ballet
Madame Felia Doubrovska. School of American Ballet (New York)
Madame Felia Doubrovska, la musa que trascendió los escenarios | Body Ballet
Bailarines : Serge Lifar, Danilova, Chernysheva, Dubrovska, Petrova.
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