Un pequeño saltito. Una inclinación imposible. Una pirueta en el aire. Un gesto inverosímil. Las poses de las editoriales y campañas de moda son una parte esencial de la fotografía, y sin el talento de las grandes modelos no podríamos apreciar los vestidos y conjuntos en todo su esplendor. Pero no todo el mérito es de ellas. En algunas sesiones de fotos tienen la suerte de contar con un coreógrafo que diseña las poses, haciendo que el movimiento fluya. Stephen Galloway es el más respetado de la industria, como cuenta The Wall Street Journal en un artículo titulado “El hombre que susurraba a las modelos”. Este coreógrafo de origen americano está detrás de las mejores poses capturadas por fotógrafos como Juergen Teller, Inez van Lamsweerde y Vinoodh Matadin.
Galloway ha trabajado para marcas como Gucci, Dior, Calvin Klein, Issey Miyake e Yves Saint Laurent, y desde 1996 idea los movimientos de Mick Jagger durante las giras de los Rolling Stones, aunque en 2013 dejó su colaboración con ellos para centrarse en otros proyectos. Su relación con la música también pasa por Lana del Rey, con quien trabajó en una campaña de H&M. Asimismo, Galloway se encarga de coordinar el recorrido y los movimientos de algunos de los desfiles de Versace, Yves Saint Laurent y Costume National. En los fashion films Galloway ha encontrado la vía perfecta para aunar su trabajo, y gracias al éxito de este formato cada vez más firmas confían en su talento. Uno de los ejemplos es su unión con Gucci, con quienes ha colaborado en la elaboración de varios making of de las campañas.
Él es la conexión entre la modelo y el fotógrafo. Antes de una sesión ensayan varios movimientos, como si se tratara de un baile, y si hay que hacer alguna modificación durante el shooting, es capaz de transmitírselo a la modelo sólo con un pequeño gesto. En una sesión con Christy Turlington, Galloway supo decirle sólo con la mirada cómo tenía que mover el brazo. Edita Vilkeviciute, Raquel Zimmermann, Karlie Kloss, Anja Rubik y Natasha Poly son algunas de las muchas tops que han sido guiadas por el maestro.
La carrera de Galloway comenzó en el Ballet de Frankfurt, donde llegó a ser primer bailarín. En el año 2000, gracias a su pasión por la moda (leía Vogue desde la adolescencia), fue nombrado director y diseñador de vestuario del ballet, trabajando también para compañías como el American Theater Ballet, La Scala de Milan, y L’Opéra de Paris. Fuente Vogue.es – 14 agosto, 2014