Probablemente la imagen más icónica de la danza moderna es la de un bailarín/a vestid@ con un leotardo de cuerpo entero y oscuro sentado en el suelo, estirándose hacia arriba con el torso curvado hacia atrás o mientras está de pie sobre una pierna con las otras extremidades extendidas y el torso hacia abajo. Estas son imágenes de la técnica de Martha Graham (1894-1991).
El gran aporte técnico de Martha Graham a la danza fue la creación de un nuevo método denominado por ella misma “contracción y relajación”. A partir de movimientos curvos y ensimismados del torso expresaba una parte esencial e ineludible del ser humano, olvidada hasta entonces: el dolor. Si en el ballet clásico uno de los propósitos básicos era ocultar el esfuerzo, ella lo hacía visible porque “es parte de la vida”. De esta forma, todo el abanico de sentimientos quedaba representado: odio, amargura o éxtasis eran transmitidos con un solo gesto.
Graham se concentró en el torso como fuente de vida, como motor.
“Los brazos y las piernas pueden ser usados para manipulaciones o traslados, la cabeza para decisiones y juicios. Pero todo, cada emoción, se hace visible primero en el torso. El corazón late y el pulmón se llena, allí está el aire y con él la vida”, decía.
Este estilo coreográfico le dio a sus obras una visión dura y angular, con reminiscencias cubistas; como en su célebre obra “Lamentation”, en la que la bailarina expresaba la angustia de una mujer, envuelta en un largo tubo de tela elástica en el que sólo su cara quedaba expuesta. Estas formas eran muy poco familiares para el asiduo público de ballet, que en un prinicipio la acusó de bailar de forma “antiestética.
“Nunca pienso en las cosas que hice; sólo en las cosas que quiero hacer, en las que todavía no he hecho”, aseguró en la última entrevista que concedió, hecha poco tiempo antes de su fallecimiento. A lo largo de su carrera, Graham creó más de 200 balletes y hoy en día su escuela, su compañía y su técnica continúan vigentes”
Martha Graham: Dance on Film, 1957
Una de las grandes fuerzas artísticas del siglo XX, la intérprete, coreógrafa y maestra Graham influyó en la danza en todo el mundo. A Dancer’s World (1957), narrado por la propia Graham, es una muestra a su trabajo y metodología en clase. Según la filosofía de Martha Graham, el movimiento se genera desde tres lugares: la acción de contracción y liberación, la pelvis y el yo emocional interior.
Estos son trabajos exclusivos de Graham y tributos al arte del cuerpo humano y la danza.