Ser uno mismo fortalece tu autoestima, contribuye a tu realización personal y te hace sentirte plena. Si bien, ser tu ‘verdadero yo’ puede resultar difícil, os explicamos algunas razones para no fingir lo que no eres. El estudio de ballet o la escuela de danza es un entorno propicio para establecer relaciones de amistad y confianza. Aprovéchalo!
Cuando empiezas a ser tú mismo y te quitas máscaras y caretas, es cuando empiezas a relacionarte con la gente que de verdad merece la pena y conecta contigo. Cuando interiorizas que no puedes gustar a todo el mundo, entonces te quitas un peso de encima muy muy grande.
Hay entornos en los que se requiere ser muy espontáneo, directo, creativo, y otros en los que puedes utilizar un lenguaje muy informal. Y tú te adecúas a ellos, pero siempre que no vaya en contra de tus principios, valores, temperamento o de tu naturaleza más básica. Lo inteligente es adecuarte a ello.
Algunas personas fingen ser quienes no son para ser aceptadas, o para dar la imagen que se supone que deben transmitir, o simplemente por miedo a no ser integradas. Todo esto lo que denota es falta de autoestima y de seguridad en sí mismas.
1. Es un trabajo duro ser otra persona
Fingir, ser una persona diferente de la que uno es, requiere trabajo y energía, y esto estresa. Va en contra de tu naturaleza y no eres tú, sino un impostor, además, te pueden pillar, lo que podría hasta generar consecuencias negativas. En cambio, ser más natural y espontáneo te hacer brillar más, liberar tu talento, ser más creativo y, en general, más feliz.
2. Crea confianza y relaciones
¿Alguna vez te has relacionado con alguien que te parece que no actúa como es en realidad? Cuando te presentas como tú mismo eliminas los obstáculos que en ocasiones dificultan crear un clima de confianza y puedes establecer conexiones reales. Muchas veces por querer agradar a otros o por evitar el conflicto, hay personas que llegan a humillarse y a hacerse daño a sí mismas. Ante todo, hay que generar relaciones sobre la base de la confianza.
3. Mejora el trabajo en equipo
Abrazar las peculiaridades de los demás y permitir a nuestros compañeros que sean ellos mismos mejora el ambiente general. Cuanto más auténticos somos, más posibilidades de éxito profesional tendremos. Así, no limitamos nuestras verdaderas capacidades, podemos llegar a gustar mucho y conseguir relaciones verdaderas que nos ayuden en el entorno del estudio de ballet.
El lenguaje, la ropa o uniforme que debemos llevar en determinados puestos hace que debamos adoptar determinados roles o ponernos caretas, aunque suene negativo. Esto no es más que una manera de inteligencia relacional, que nosotros elegimos, es decir, observamos el entorno en el que estamos y nos modulamos y nos adecuamos a estas circunstancias. Esto es adaptativo, y natural.
Lo más importantes es dejar de fingir que estás de acuerdo con algo o decir sí a cosas que realmente no quieres hacer.
Atrévete a ser tú misma. Parece fácil ¿verdad?
Body Ballet® Carolina de Pedro
La correcta danza clásica para adultos.
Danza clásica, elongación y estiramientos.
– desde 2003 –