Por Carolina de Pedro. Fotografías Dorothee Elfring.
Teatro Coliseum, Barcelona (10/01/2024).
«No me interesa ser ni la primera ni la mejor. No me importa nada, sólo que llegue al público lo que quiero transmitirle.» Natalia Osipova
Existe un camino que algunos bailarines destacados, principalmente bailarinas, siguen cuando alcanzan una etapa en sus carreras en la que los roles clásicos que los llevaron a la fama comienzan a parecerles menos desafiantes o ya no los exhiben en su mejor momento, o cuando prefieren explorar otras formas de danza. Este es el caso de Natalia Osipova.
Su propósito, al desarrollar este programa, parece ser resaltar la transición del ballet clásico al contemporáneo, dando mayor énfasis a este último. El programa progresivamente se adentra desde la exhibición de ejemplos de ballet «puro» hacia la danza contemporánea, en particular la experimental. De esta manera, se presentó el espectáculo en el Coliseum de Barcelona.
De las nueve obras que incluyó en el espectáculo, Osipova danzó en seis de ellas. No solo eso, sino que se entregó por completo a cada una de ellas, bailando como si su existencia dependiera de ello. Lo dio todo.
La estrella es reconocida tanto por su habilidad como por su notable intensidad dramática. Su interpretación en la obra «Force of Nature» está centrada en su pasión y confianza, y cada vez que pisa el escenario, cautiva con su belleza y talento extraordinario.
Aunque la mayoría del espectáculo consistió en obras contemporáneas en dúo, hubo una destacada presentación clásica de «El Corsario» de Marius Petipa. Esta actuación estuvo acompañada por el poderoso bailarín Giorgi Potskhishvili del Dutch National Ballet, quienes brillaron juntos en el escenario.
La coreografía de Alexei Ratmansky, «Valse Triste» y música de Jean Sibelius, es una creación intensamente musical. Esta hermosa coreografía romántica y clásica fue interpretada por ella y Reece Clarke. El público quedó encantado.
También, hubo un solo inspirado en «La Bella Durmiente», con música de Tchaikovsky, que aunque no es totalmente clásico, incorpora elementos del ballet.
Osipova parece tener la capacidad de aprovechar toda la intensidad y el impulso de su baile, y confía en que aún tiene años por delante para seguir bailando. En este momento, se siente madura y capaz tanto emocional como físicamente. La danza contemporánea le permite experimentar y mover su cuerpo de una manera diferente.
En resumen, a pesar de que la presentación no fue apropiada para los fanáticos del ballet clásico, Natalia Osipova mostró su habilidad y versatilidad.
Desafortunadamente, «El cisne moribundo» de Michel Fokin y Saint-Saëns no fue incluido en el programa de estreno, por lo que no se pudo presenciar su interpretación en la famosa joya.
El enfoque de la noche se centró principalmente en tres piezas largas y modernas, las cuales fueron coreografiadas en su mayoría por Jason Kittelberger, el esposo de Osipova.
La obra «Force of Nature» es un ejemplo de las habilidades destacadas de la artista y una fusión excepcional de movimiento, arte y expresión donde los intérpretes tienen la oportunidad de explorar diferentes técnicas, estilos y movimientos.
Se trata de una manifestación que muestra la libertad creativa de los bailarines, Reece Clarke, Daria Pavlenko, Giorgi Potskhishvili, Joseph Kudra, Emma Franell-Watson y Jason Kittelberger.
La noche de Osipova es la exploración personal de sus inquietudes y preferencias, sumergiéndose en el fascinante mundo de la danza para descubrir y compartir su pasión.
«Force of Nature» es un espectáculo auténtico y genuino que refleja sus curiosidades y gustos, ofreciendo una experiencia única.