A principios de la década del 90, Polina tiene ocho años y un gran potencial para la danza.
Junto a un entrenador de bailarines del Teatro Bolshoi, una década más tarde ingresará en ese cuerpo y conocerá a un colega francés con el que su vida cambiará para siempre. La pasión y el amor por la danza llevados al máximo de la expresión cinematográfica, a partir de una exitosa historia gráfica publicada en diez idiomas. Su clave: romper las reglas.
Basado en la novela gráfica de Bastien Vivés, el drama dirigido por el coreógrafo Angelin Preljocaj y su esposa Valerie Müller nos cautiva con las impactantes secuencias de danza.
Polina, quien desde los 4 años se entrena estrictamente en los movimientos clásicos del ballet, abandona su sueño de ingresar al Ballet de Bolshoi en Moscú al descubrir la danza contemporánea. Después de crecer bajo las exigencias de su profesor Bojinski, Polina se enfrenta a la ruptura de todos los esquemas de la danza clásica al llegar a Aix-en-Provence, al sur de Francia, donde conoce a Liria Elsaj, una prestigiosa coreógrafa que le cambiará la perspectiva que tiene de la danza y de su propia vida.
Su vida en Rusia es como un reflejo de las pinturas impresionistas de Degas y el ritmo de su evolución profesional y personal se acelera al llegar a Francia, a tal punto que el espectador terminará sintiendo las composiciones de expresionismo abstracto de Pollock. Tras la interesante búsqueda de su identidad, Polina encuentra en la hibridez de sus dos escuelas la expresión de sí misma.