Como en toda posible lesión, lo primero que debemos hacer es tratar de esclarecer el origen del dolor: “Las rodillas te duelen cuando haces…”. Si somos capaces de terminar esa frase, tendremos mucho terreno ganado, sobre todo si el dolor es fruto de un mal gesto o se ha producido como consecuencia de un golpe (de un traumatismo).
Saber exactamente qué acción originó el dolor facilitaría enormemente un diagnóstico correcto. El siguiente paso lógico es, por supuesto, contarle todo eso al especialista, el traumatólogo o el fisioterapeuta.
Algunas indicaciones a nivel práctico. Si sabéis qué actividad o actividades provocan el dolor, hay que evitarlas. Ya sé que os encanta hacer ejercicio y que parar es muy complicado si estáis enganchados, pero es importante que no repitáis aquellos ejercicios que provocan ese exceso de estrés, en este caso, en las rodillas. Si salís a correr o practicáis deportes en los que esté presente la carrera, si hacéis ejercicios que impliquen flexiones profundas de rodilla y además con carga (sentadillas profundas, zancadas…) o cualquier otro ejercicio de tonificación/musculación del tren inferior en el que la flexión de rodilla sea acusada, ¡hay que evitarlo!
Saber parar es fundamental, “más vale una retirada a tiempo que…” originar o agravar una lesión que nos podríamos haber ahorrado simplemente con reposo!!
En una de las consultas que recibí el otro día se hablaba concretamente de una posible condromalacia rotuliana. Ya hablaremos de ella más detenidamente, pero anticipo unas pequeñas recomendaciones.
En primer lugar, para ir fortaleciendo la musculatura que da estabilidad a la rodilla y equilibrando muscularmente la fuerza en los vastos del cuádriceps y los isquiotibiales debemos hacer ejercicios con un recorrido articular pequeño (pocos grados de desplazamiento en la flexo-extensión de la rodilla) o sin desplazamiento (ejercicios isométricos), siempre cerca de la extensión completa de rodilla, pero sin llegar a alcanzarla.
Para ello se puede usar la máquina extensora de cuádriceps y la de isquios tumbado del gimnasio, pero no con el uso habitual que se le da esas máquinas, sino como os he explicado. Por último, como ejercicio de cardio lo más recomendable es la natación a crol y espalda (nunca a braza) colocando un ‘pull boy’ entre las piernas.
Confío en haberos servido de ayuda, sobre todo a ti, Lucía 😉 Si quieres algo más concreto o que algún entrenador personal dirija por completo tus entrenamientos ya sabes dónde puedes encontrar los profesionales.
¡A cuidar esas rodillas que nos tienen que durar!
Nos vemos el lunes con más ejercicio, que aún nos quedan pilas para rato. Fuente tuentrenadorpersonal.blogs.diezminutos.es
