Una extensión de la columna en la que el cuerpo se arquea al tensar las piernas hacia atrás y hacia arriba, mientras que el vientre se mantiene en contacto con la tierra para proteger las vértebras lumbares.
Es una postura de extensión o flexión posterior de la columna y por excelencia una posición que favorece de manera especial la espina dorsal.
Es una de las posturas más clásicas y, por supuesto, de las más fundamentales. El efecto más profundo de las posturas de flexión posterior es sobre la columna lumbar.
Manteniendo los talones juntos mientras se realiza la postura, se produce un estiramiento del nervio ciático externo, que recorre la cara posterior de las piernas, y va desde la zona lumbar hasta el talón, no obstante, esto resulta sumamente difícil y puede causar compresión de la zona lumbar, por lo que es aconsejable mantener los pies separados hasta que no se domine completamente la postura.
Esta postura representa una inyección de vitalidad al cerebro, reactivando su funcionamiento. Previene contra la dispersión mental y alivia la tensión neuromuscular. Abastece de sangre los nervios espinales y corrige pequeñas desviaciones de la espina dorsal, manteniéndola fuerte y flexible.
¿Cómo se realiza?
- Tumbarse boca abajo con la frente apoyada en el suelo, las piernas un poco separadas y las manos, con los dedos bien separados, a los lados del pecho.
- Separa el interior de los muslos entre sí, de manera que el pubis se eleve del suelo y se curve la zona lumbar.
- Levanta los hombros hacia el techo y asegúrese que los hombros y los codos están a la misma altura.
- No levante los hombros para levantar más el tronco, solo conseguirá crear compresión en los hombros y cuello y consecuentemente dolores y molestias.
- Ahora lleva los hombros hacia atrás todo lo que pueda y deslica los omoplatos hacia abajo, con la punta inferior de los omoplatos empuje el corazón hacia delante. Esta es la acción más importante de la postura, no importa cuanto estés levantando el tronco mientras sigas llevando los hombros hacia atrás, deslizando los omoplatos, y dirigiendo el corazón hacia delante.
- Mantener por lo menos 5 respiraciones.
- Al exhalar baja lentamente el pecho al suelo, desde el abdomen hasta la frente. Después, apoya un lado de la cara en el suelo y relajarse completamente.
- Se puede repetir de 1 a 4 veces, al relajarse cambiar el lado de la cara sobre el que se apoya.
- Es muy importante mirar al frente en lugar de hacia arriba y hacia atrás si hay problemas en las cervicales.
La fuerza de esta posición se encuentra en la musculatura de nuestras piernas y glúteos. Si se ejecuta bien no habrá tensión en la zona lumbar, protegiendo nuestra espalda.
