¡A hidratarse! El sol y las altas temperaturas hacen que sudemos y perdamos líquido más rápidamente, lo que facilita la deshidratación. Por eso es muy importante hidratarse durante el día, prestando especial atención a las horas de más calor, después de hacer deporte o de estar expuestos al sol. La mejor bebida, el agua.
Aunque en un día caluroso podamos pensar que necesitamos un refresco para calmar la sed, éstos tienen un alto contenido en azúcares, que, en vez apaciguar la sed, nos hacen beber más. Si os cuesta beber agua, una buena opción es agregarle frutas y especias al gusto. Por ejemplo, podéis poner en una botella trozos de naranja, una ramita de canela y agua y dejar enfriar en la nevera.
Incluso si a lo largo de todo el año no se ha practicado ningún tipo de actividad física, no por ello ocurre lo mismo en vacaciones. Veamos pues cómo reunir los ingredientes para practicar una actividad de manera razonable durante este período, que es el más cálido del año.
La hidratación
Si se tiene la costumbre de hidratarse con una base de 1,5 litros por día, no se debe dudar en superar los 2 litros durante el verano, y para ello no hay nada mejor que llevar siempre encima una pequeña botella de agua. Conviene pues beber con cierta regularidad; en ese sentido más vale pensar en hidratarse que en refrescarse.
Es bueno saber que los músculos y el hígado almacenan los glúcidos en forma de glicógeno para tener una reserva de energía suficiente a la hora de practicar un deporte. Pero este almacenamiento de glúcidos no se hace solo, al menos hacen falta 3 gramos de agua para almacenar 1 gramo de glúcidos en forma de glicógeno. Para aprovechar al máximo los beneficios de los glúcidos ingeridos, conviene pues beber en consecuencia, y aún algo más en verano.
Durante la actividad física, si hace mucho calor, se pueden beber hasta 2 litros en una hora, puesto que la pérdida hídrica y mineral es enorme, con el peligro de sufrir algún tipo de calambre o alguna otra dolencia.
El consejo mejor es el de beber cada 10 minutos durante el esfuerzo. Algunas personas ponen la alarma del reloj para que avise en intervalos regulares del momento para hidratarse, hasta que con el tiempo esto llega a convertirse en un hábito.
Después, se puede añadir una solución azucarada a la bebida, incluso con algo de sal. No es extraño ver a los atletas poner un pellizco de sal en sus bebidas. Se trata en realidad de beber a pequeños sorbos para no sentirse hinchados por culpa de una gran absorción de agua en una sola toma.
La alimentación
Antes de nada, hablemos de frutas y verduras. Se trata de alimentos que no conviene excluir de la alimentación, puesto que son fuentes de fibra, vitaminas, minerales, agua. Conviene darle una gran importancia, puesto que son indispensables para el buen funcionamiento del organismo y concretamente del tránsito intestinal.
Una buena alimentación en fibra es una alimentación que permite evitar la acidez y limitar los riesgos de tendinitis a la hora de practicar una actividad física. Además, estos alimentos facilitan la absorción de otros nutrientes gracias a una mejor digestión.
De estos alimentos se puede abusar en verano, por ejemplo, en forma de ensaladas o macedonias de frutas. Sin embargo, no conviene olvidarse de las proteínas, que siempre hay que incorporar en las comidas con una buena fuente de lípidos (aceites, nueces, almendras, pescado graso como el salmón…).
Para la elección de las fuentes de proteínas, es necesario variar entre pescado (magro o graso), carne roja y carne blanca. Variar estos aportes permite aportar al cuerpo diferentes tipos de aminoácidos que son los constituyentes de las proteínas que hacen funcionar el cuerpo, y para ello lo ideal es mejorar la riqueza de su aporte variando las fuentes. Fuente Internet.