Desafortunadamente muchas chicas jóvenes y mujeres creen que sexy es lo equivalente a vulgar. Mucho maquillaje, tacones muy altos, ropa muy vaporosa, escotes muy pronunciados y faldas muy cortas entre otras exageraciones. Y ni hablar del cuerpo. En los últimos años, los aumentos de las cirugías estéticas en el mundo son alarmantes.
Las jóvenes desde muy temprana edad empiezan a desear la posibilidad de agrandarse los senos, quitarse kilos extra, retocarse la nariz, etc. No están nunca conformes con lo que tienen y siempre quieren algo que llame la atención. Es este el significado que ellas le dan a “ser sexy”, implantes en el cuerpo y ropa que no otorgan margen ni respeto a la imaginación.
No se puede negar que la forma de vestir juega un papel fundamental en una apariencia sexy, sin embargo se debe tener claro que no toda la clase de ropa le queda bien a todo el mundo y se debe ser muy cuidadoso con la forma de vestir, evitando enviar un mensaje erróneo a los que le rodean, un mensaje de “disponible para sexo y la aventura”.
Muchas personas afirman que ser sexy no depende sólo de la apariencia física, para algunos juegan un papel mucho más importante otros factores, como la seguridad que esa persona irradia, del potencial que esta persona tenga para llamar la atención positivamente por su forma de ser en cualquier lugar donde esté, o incluso del propio aroma que desprende.
Ser sexy dependende sobre todo de la propia seguridad
El lenguaje corporal también juega un papel decisivo en el concepto de ser sexy pues los mismos movimientos y acciones dicen mucho de cada persona, y la forma en la que éstos son realizados puede atraer a los demás.
Cada persona irradia lo que siente de sí misma, es por eso que es tan importante ser consciente de todo aquello lindo, positivo y atractivo que cada uno de nosotros tiene, de esta manera los demás lo notoran con sólo observar a esa persona y atraera más de una mirada y atención.
La forma en la que una persona camina, una mirada fija, la suavidad o firmeza con la que hace las cosas, una sonrisa sincera, la forma en la que mantiene una conversación, la forma en la que muestra los atributos que tiene, hasta la manera de reír, son factores que bien manejados pueden irradiar mucha más sensualidad que una falda corta y unos tacones altos.
En conclusión, no se le debe dar exclusiva dependencia al aspecto físico de una persona para categorizarla de sexy o no sexy, sino que hay muchos otros factores relevantes que no siempre son considerados en esta categorización pero que de alguna manera, en la que no ahondamos en explicaciones, es percibida por quienes nos rodean. Fuente www.edarling.es