Sólo para mujeres de Clarice Lispector

Sólo, para, entre, por, con, de mujeres.

Si dedicas unos segundos a pasearte por las revistas femeninas, revistas para mujeres, revistas de mujeres, te darás cuenta de que no hay lugar para el arte, para la mujer artista o la mujer a la que le interesa. Salvo contadas excepciones, las revistas de entretenimiento para mujeres se dividen en las siguientes categorías: moda, belleza, sexualidad, trucos, corazón, famosas, ¡horóscopo! Cuando cae en mis manos el libro Sólo para mujeres, una recopilación de textos en revistas femeninas, de Clarice Lispector, me llevo las dos manos a la boca, a la cabeza, a las orejas, a los ojos. En efecto, la densa, enigmática, intelectual y filosófica Clarice Lispector se disfraza de consejera femenina tras los seudónimos de Tereza Quadros o Helen Palmer. El primero de sus consejos empieza así: «¿Eres moralmente tan anticuada que consideras la vanidad femenina una frivolidad? Ya deberías saber que las mujeres quieren sentirse guapas para sentirse amadas. Y querer sentirse amada no es una frivolidad». Bien, desear sentirse amada no es una frivolidad, y por tanto la vanidad femenina tampoco lo es. Por eso, moralmente estamos tan modernizadas que hemos normalizado dicha vanidad femenina hasta rozar el absurdo y el ridículo, porque ahora todo lo que se relaciona con el mundo de la mujer está fuertemente ligado con la necesidad de sentirse guapas: pero no para sentirse amadas o deseadas, sino para ser aceptadas.

Clarice Lispector hablaba críticamente a las mujeres, y sin embargo se veía obligada a hacerlo desde el anonimato. Cuando la escritora brasileña se divorció y se instaló de nuevo en Río de Janeiro, volvió a escribir para la prensa en columnas que alcanzaron prestigio. Ahora bien: ¿por qué la mujer intelectual para hablarle a la mujer vanidosa debe esconderse tras un anonimato? ¿Es para una intelectual rebajarse el dirigirse hacia la mujer vanidosa, porque le presuponemos a la mujer coqueta que no puede interesarse por lo mismo que la mujer intelectual? Dicho así, con estas preguntas tan ofensivas, diríamos que no, que la mujer intelectual no se rebaja porque es precisamente la mujer intelectual quien habla de la necesidad de sentirse guapas, de lo razonable que es la vanidad femenina. Pero a la práctica lo que vemos es que estas mujeres, en el mundo de la prensa, impreso o digital, no se mezclan. Las mujeres se dividen en estos dos grupos y escriben o leen en una de las dos divisiones.

Me gustaría poder decir que Clarice Lispector firmó con su nombre, y probablemente a Clarice Lispector también le habría gustado hacerlo, pero socialmente habrían tenido un debate: ¿en qué división la colocamos? Los consejos, secretos y recetas que vienen dentro de Sólo para mujeres, publicado en 2006 por la editorial Siruela, están dirigidos a la mujer vanidosa desde la visión de una mujer intelectual con el dilema de mostrarse o no, de modo que los consejos, secretos y recetas de este libro, aparecidos entre 1959 y 1961, son críticos, inteligentes, naturales, divertidos y poco convencionales. Clarice les aconseja que no intenten agradar en exceso, les sugiere que no imiten a nadie excepto a sí mismas, les recomienda que exploten sus aptitudes si les sobra tiempo, les pide que no queden desocupadas, les habla de libros que les puedan interesar, las convence de que la mujer no es más inteligente que el hombre, pero tampoco al contrario. Clarice Lispector se vuelve la pequeña voz de la conciencia femenina, y lo hace desde el territorio enemigo. No, la vanidad femenina no es una frivolidad y merece nuestra atención; pero la vanidad femenina no está reñida con el intelecto, o no debiera, y en las revistas para mujeres no estaría de más que, a un lado del horóscopo, apareciera la recomendación de un libro; no estaría de más que, a un lado del último cotilleo, apareciera el cuadro de una artista; que a un lado de la última pasarela, se informara del último disco de una cantante. ¿Por qué presuponemos que a la mujer lo que le interesa de la Gala de los Goya es el modelito de las invitadas y no su trabajo en el mundo del cine? Me gustaría pensar que hoy en día la escritora no se vería obligada a ser Tereza Quadros en su columna femenina y Clarice Lispector en, por ejemplo, Un soplo de vida; me temo, aun así, que siguen habiendo dos divisiones, y que la mujer intelectual debe escribir sus textos intelectuales en el mundo o bien masculino, o bien de todos. Pero, por favor, ¿cuándo seremos capaces de unir a esas dos mujeres que era Clarice Lispector?

Por: Jenn Díaz
13 de marzo de 2013
blogs.elpais.com

Sólo para mujeres de Clarice Lispector
Editorial: SIRUELA
Fecha lanzamiento 2011

Clarice Lispector
TCHETCHELNIK (UCRANÍA) 1925 – RÍO DE JANEIRO (BRASIL) 1977

Brasileña de origen ucraniano, sorprendió a la intelectualidad de su país con la publicación, en 1944, de su primer libro, Cerca del corazón salvaje, en el que desarrollaba el tema del despertar de una adolescente. Lo que entonces se consideró una joven promesa de tan sólo diecinueve años se convirtió en una de las más singulares representantes de las letras brasileñas, a cuya renovación contribuyó con títulos tan significativos como, La hora de la estrella, Aprendizaje o el libro de los placeres o su obra póstuma Un soplo de vida. También destacan: Donde se enseñará a ser feliz y otros escritos, Cuentos reunidos, Correo femenino, Aprendiendo a vivir, Para no olvidar, La lámpara, La ciudad sitiada, Agua viva y La manzana en la oscuridad.

Clarice Lispector

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