«Cuando ensanchamos nuestra forma de pensar y nuestras creencias, nuestro amor fluye libremente. Cuando nos contraemos, nos bloqueamos y aislamos.» Louise L. Hay, 1991.
Prólogo del libro «El Poder está dentro de tÍ, de Louise L. Hay.
«A medida que leas te darás cuenta de que empleo palabras y expresiones tales como Poder, Poder Superior, Poder Universal, Inteligencia, Mente Infinita, Dios, Sabiduría Interior, etcétera. Lo hago con la intención de demostrarte que no hay ningún límite para escoger el nombre que quieras dar a ese Poder que dirige el Universo y que también se encuentra dentro de ti. Si algún nombre te molesta o te produce turbación, utiliza otro que te parezca más adecuado.
Muchas veces en mi vida he tachado palabras o nombres que no me gustaban cuando leía un libro, y escribía otros que me gustaban más. Tú puedes hacer lo mismo. También notaras que hay dos palabras que escribo de forma diferente a la corriente. Malestar se escribe normalmente malestar, y significa cualquier cosa que no está en armonía con uno mismo o con nuestro entorno. sida lo escribo con letras minúsculas, sida, para disminuir el poder de la palabra, y por lo tanto de la enfermedad o malestar. El primero en sugerir esta idea fue el reverendo Stephan Pieters.
En la editorial Hay House nos hemos suscrito a ella de todo corazón, y recomendamos encarecidamente a los demás que también lo hagan.
Hay una cosa de la que me parece importante tener conciencia: el Poder que todos buscamos «fuera» está también dentro de nosotros, fácilmente accesible, a nuestra disposición para que lo empleemos de forma positiva Que este libro te revele todo el poder que verdaderamente posees.
El amor comienza por casa. La Biblia dice: «Ama a tu prójimo como a ti mismo». Demasiado a menudo olvidamos la segunda parte: «como a ti mismo». No podemos amar realmente a nadie a no ser que nos amemos primero a nosotros mismos. El amor a nosotros mismos es el regalo más importante que podemos ofrecemos, porque cuando nos amamos, no nos hacemos daño y tampoco se lo hacemos a ninguna otra persona. Si hubiera paz interior, no habría guerras, ni delincuentes, ni terroristas ni personas sin hogar.
No habría enfermedades, ni malestares, ni sida, ni cáncer, ni pobreza ni hambre. Por lo tanto, ésta es para mí la receta para la paz mundial: que haya paz en nuestro interior. Paz, comprensión, entendimiento, perdón y, por encima de todo, amor. Dentro de nosotros tenemos el poder para efectuar estos cambios.
Con frecuencia se llama Amor al poder que ha creado este increíble Universo: «Dios es amor». Muchas veces hemos escuchado la afirmación: «El amor hace girar el mundo». Es absolutamente cierto. El amor es el elemento amalgamador que mantiene todo el Universo unido.
Para mí, el amor es un aprecio profundo. Cuando hablo de amarnos a nosotros mismos, quiero decir tener un profundo aprecio por quienes somos, aceptar los diferentes aspectos de nosotros mismos, nuestras pequeñas rarezas, los desconciertos, las cosas que tal vez no hacemos del todo bien, y también nuestras maravillosas cualidades; aceptar todo el lote con amor, sin condiciones» LOUISE L HAY, enero de 1991.