A medida que sube el termómetro también lo hace la sensación de pesadez de nuestras piernas, y es que el calor provoca una mayor dilatación de las varices, dificultando el correcto funcionamiento del sistema circulatorio. Las varices son una señal inequívoca de mala circulación, aunque no la única. Para prevenirlas, y para contrarrestar los síntomas una vez que se han manifestado, la alimentación juega un papel esencial. Revisa tu dieta e incluye en ella algunos de los remedios y productos naturales que constituyen un aliado para el cuidado de las piernas.
Las altas temperaturas y las varices no son buenas aliadas, ya que el calor puede provocar la dilatación aumentando la sensación de pesadez de las piernas. Revisar nuestra dieta y apostar por productos naturales que nos ayuden a mejorar la circulación sanguínea nos reportará una mejoría del estado de las varices.
Una dieta sana y equilibrada es la mejor prevención y la mejor apuesta por nuestra salud, y en este caso no es distinto. Una dieta en la que no puede faltar fibra (evita, entre otros, que se debiliten las paredes de las venas), antioxidantes (esenciales para combatir los efectos de los radicales libres, además de ser antiinflamatorio y vasoconstrictores), potasio (estimula la eliminación de agua), ácidos grasos polinsaturados (favorece la fluidez de la sangre, evitando la formación de coágulos, y también previene de la arteriosclerosis) y agua. Una correcta hidratación ayudará a eliminar toxinas y a depurar la sangre. Por el contrario, debemos evitar el exceso de grasas saturadas y de sodio, ya que en grandes cantidades favorecen la retención de líquidos, trastornos circulatorios y empeoran la hinchazón y pesadez de las piernas.
En esta dieta las hortalizas juegan un papel esencial, con el gazpacho (tomate, ajo, cebolla, pimientos, pepino, entre otros ingredientes de sus diferentes variedades) como uno de los mejores aliados por sus propiedades anticoagulantes y vasoprotectoras. Eso sí, cuidado con la cantidad de sal. Además del gazpacho, las sopas y cremas frías de hortalizas (tomates, puerros, remolacha, apio, entre otros) también son aconsejables para prevenir los efectos del calor sobre las varices.
Para mejorar la circulación sanguínea, y reducir la dilatación de las venas, es bueno incluir en la dieta pan de centeno y frutas ricas en vitamina C (naranjas, kiwis).
Una de las semillas a las que se le atribuye beneficios cardiovasculares es la semilla de chía, por su contenido en ácidos grasos Omega 3, fibra y otros antioxidantes. Semillas combinadas con yogur o con los cereales.
Entre los remedios naturales también podemos incluir una planta, el grosellero negro, un tónico venoso natural del que se aprovecha todo, desde las hojas, ricas en flavonoides, a los frutos y yemas, con un alto contenido en vitamina C, entre otros componentes. Al grosellero negro, tomado en infusión, se le atribuyen efectos antiinflamatorios, diuréticos y antirreumáticos.
Circulación sanguínea
Las varices pueden ser consecuencia de otros trastornos de la salud, como el sobrepeso o el estreñimiento. Además, aunque las varices son una señal inequívoca de mala circulación venosa, no es la única. Facilitar el riego sanguíneo también previene la celulitis, las hemorroides y la retención de líquidos. Ésta última aumenta la sensación de pesadez de las piernas. Para prevenirlo, aumenta el consumo de frutas y verduras ricas en agua y potasio (espinacas, calabazas, melón, sandía, albaricoques, entre otros). Fuente ellahoy.es
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